Kalet no sabía qué decir ni que hacer para hacer sentir mejor a Rose, decidió llamar a Zoé para intentar algo entre los tres porque esta noticia estaba superando a Kalet. Todo lo que se había dicho a sí mismo para negarse sentir lo que sentía por Rose se estaba desmoronando, y si eso ya no era un obstáculo le daba miedo enfrentarse a la realidad de que ella no sintiera lo mismo. Se había refugiado tanto en no poder estar con ella para protegerla de una vida que no debería tener que vivir, que no se había parado a pensar si ella sentía o no algo por él.
Cuando Zoé entró en la habitación y vio el panorama, se sentó al lado de Rose que ahora estaba en la cama y la abrazo. Estuvieron así un rato hasta que Zoé empezó a preguntarle y Rose a contestar sus preguntas, con cada pregunta, Rose empezó a tener mejor aspecto, pero aun así tenía una expresión de pérdida, quizás de la pérdida de su vida, de la vida que había planeado llevar, y ahora todo había cambiado, no solo para ella, para todos.
- ¿No te dijo nada más? – Le preguntó Zoé cuando termino de contarle lo que ya le había contado a él.
- Si. Que buscara a una tal Margaret Densen, que con eso tendría respuesta a todas mis preguntas, pero no sé quién es esa mujer, y no sé por dónde empezar a buscarla – Rose no sabía que iba a pasar a partir de ahora en su vida, y estaba tan confusa que ya no sabía que parte de su vida quedaría intacta después de esto.
- Yo sí lo sé – Dijo Zoé, ambos miraron hacia ella perplejos – Es la última guardiana de la luz que está registrada, en el libro de los ancestros dice que cuando desapareció estaba embarazada, pero cuando la encontraron muerta en lo que parecía ser un ritual de invocación a los elementales de la luz no hallaron al bebé, no había rastro de él, supusieron que también habían matado al bebé en el proceso, por lo que se dice Margaret estaba embarazada de un elemental de luz. Hay un escrito pequeño sobre ella, y viene a decir que al ser la última guardiana de la luz acudía a los elementales de la luz en busca de consejo, y al parecer se enamoró de uno de ellos y se quedó embarazada de él.
- Espera hay algo que no entiendo, como un elemental de luz que no tiene forma corpórea la pudo dejar embarazada – Rose había empezado a despertar de su estado de confusión.
- Los elementales pueden elegir volverse corpóreos mientras están en este plano, pueden elegir cualquier forma que quieran desde un animal, hasta un ser humano, pero no pueden estar en esa forma mucho tiempo, igual que no pueden estar mucho tiempo fuera del plano elemental.
- ¿Entonces quiere decir que no solo soy una guardiana, sino también una elemental? ¿Cómo no os habéis vuelto locos con tanta locura? Yo solo llevo dos horas sumergida por completo en esto y me siento a punto de enloquecer.
- Llevamos desde la infancia en esto es algo con lo que aprendes a vivir, de todas maneras aún no sabemos qué parte predomina en ti, a lo mejor sencillamente eres una guardiana, el problema es que como es posible que aún hayan elementales de luz si hicieron el llamamiento al matar a Margaret – la mente de Zoé estaba funcionando a mil revoluciones, intentando buscar algo que les explicara la loca situación en la que estaban - espera si tu madre te puso a salvo antes de que ellos la encontraran significa que ella no era la última guardiana de luz por lo tanto su sangre ya no funcionaba como una puerta hasta los elementales de la luz, porque al tu nacer, la llave eras tú.
Rose tenía la cabeza a punto de explotar pero poco a poco estaba intentando asimilar su nueva situación, desde siempre había deseado estar más unida a Enery, a Zoé y a Kalet y ahora lo había logrado.
"Cuidado con lo que deseas" Se dijo mentalmente.
- Bueno no quiero saturaros pero he descubierto algo importante, y os juro que después de esto voy a empezar a creer que el destino existe de verdad – Zoé no sabía cómo empezar, estos días estaban siendo muy intensos y la verdad es que estaba empezando a sentirse agotada de verdad.
- Esto mejora por momentos – Dijo Kalet irónicamente – Haber que ha pasado ahora – Al parecer Zoé no era la única que estaba empezando a agotarse con todo esto, como era lógico. Pero por desgracia para todos esto solo acababa de empezar.
- El amigo de Enery, Hayden, es tu primo – Lo dijo lo más rápido que pudo.
- ¿Perdona qué? Tienes que estar equivocada toda mi familia murió como bien sabes, no hay nadie vivo –
- No lo estoy, además lo he comprobado varias veces, además el día que mis padres tuvieron el accidente iban a ir a buscarlo porque habían averiguado que tus tíos lo dejaron en un reformatorio, cuando se dieron cuenta de que los Samelitas iban a por tu familia. Sé que es difícil de asimilar Kalet pero lo he comprobado varias veces, además eso no es todo, y esto más bien me afecta a mí. – Lo último lo dijo mientras agachaba la cabeza, esto la afectaba demasiado y la situación la obligaba a enfrentarse a lo que llevaba tiempo temiendo.
- A que hay más... estupendo – Kalet estaba a punto de estallar - Que pasa que no era suficiente con todo lo que ha pasado estos días que van a seguir sumándose más cosas al montón de nuestra vida es una jodida locura y el destino se está riendo de nosotros, Maravilloso absolutamente maravilloso.
- Andrew es el último guardián del fuego y voy a tener que contarle todo, para que además de enterarse de eso se entere de que llevo desde que nos conocimos mintiéndole sobre quién soy de verdad, así que créeme que a mí tampoco me hace gracia la situación pero es la que nos ha tocado vivir y nos tenemos que resignar porque así es la vida, sobre todo la nuestra – Mientras hablaba se le habían escapado unas lágrimas que limpió rápidamente porque ella se caracterizaba por eso, por ser fuerte, por reponerse a todo, imperturbable al igual que el mar.
- Lo siento, tienes razón, esto es difícil para todos y yo me estoy comportando como un egoísta pensando solo en mi. – Ella le sonrió a Kalet en respuesta - ¿Y crees que el chico sepa algo?
- No lo creo, está solo, no tiene a nadie, ni padres adoptivos, ni hermanos nada. Y la verdad que parándome a pensarlo no va a ser fácil decírselo a ninguno, va a ser muy complicado que crean lo que les decimos.
- Pues habrá que pensar en cómo lo hacemos, porque como ya hemos comprobado no dudaran en dañar a quien sea, sea guardián o no – dijo Kalet mientras la miraba apenado, sabía que estaba en una situación complicada, porque no quería que Andrew resultara herido así que tendría que decírselo, pero a la vez sabía que si se lo contaba corría el riesgo de que él no la perdonará por mentirle – Lo comprenderá, quizás le sorprenda y no será fácil asimilarlo para ninguno pero acabará comprendiendo porque tuviste que mentirle.
- Vale, podemos hacerlo al mismo tiempo, así quizás sea menos difícil para ellos – Dijo Rose pero al instante se arrepintió – Lo siento, no es asunto mío sólo...
- Si que lo es, es tan asunto tuyo como nuestro, y aunque no fueras una guardiana igualmente podrías dar tu opinión porque eres mi hermana, ya lo dijimos hace tiempo somos un alma dividida en tres, tú eres parte de nosotras tanto como nosotras parte de ti, y ahora más aún – Dijo Zoé con una convicción digna de ella, aunque antes intentaban no involucrar mucho a Rose por su seguridad, eso no quitaba que no escucharan sus consejos y sus opiniones, siempre habían acudido a ella en menor o mayor medida, porque ellas siempre estarían unidas, no importara que fuese o no una guardiana – Es buena idea, llamaré a Andrew, prepararemos una cena, y se lo diremos, no sé cómo vaya a salir esto pero hay que hacerlo.
Enery estaba en una nube, Hayden era increíble, habían estado paseando por el lago mientras hablaban de infinidad de cosas, quizás no tuvieran unos gustos de lo más parecido, a ella le gusta lo dulce a él le gustaba lo picante, a ella le encantaba la playa, a él la montaña, pero se entendían tan bien que Enery empezó a temer que le costara mas de lo que creía mantenerle alejado, no solo por su miedo, sino por la seguridad de Hayden, incluso tenía el presentimiento de que algo iba a pasar, era de esos presentimientos que hacen que tengas un nudo en el estómago y una opresión en el pecho, quizás preparándote para lo que venía.
- ¿Estás bien? - Le preguntó él parándose delante de ella, mientras la sujetaba de la cintura.
- Tengo un mal presentimiento, uno bastante malo – le estaban empezando a temblar las manos, intento decirse a sí misma que no se preocupara que solo era por el miedo a que todo se estropeara ahora que iba tan bien, pero ella sabía muy bien que no era solo eso.
- Él no volverá Enery, y en el caso de que lo haga no dejaré que te haga daño – Hayden la abrazó dulcemente mientras le acariciaba el pelo para tranquilizarla pero eso a ella no la estaba ayudando porque ella sabía que si David volvía él no podría protegerla, ella seria la que tendría que protegerlo.
A lo lejos vio como su hermana les hacía señas desde la terraza, fueron hasta ella, y nada más acercarse lo noto, noto que su presentimiento estaba más cerca de lo que creía. Su hermana tenía mal aspecto, sus ojos estaban hinchados como si hubiera estado llorando, algo poco común en ella, estaba pálida.
- ¿Ha pasado algo? ¿Rose está bien? – Preguntó ella rápidamente
- Si tranquila todo está bien – Dijo mostrando rápidamente una sonrisa, pero a Enery no la pudo engañar sabía que pasaba algo – Quería invitarte a cenar, si no tienes planes claro.
Hayden la miró en busca de alguna objeción.
- A mi no me mires, te está invitando a ti, si tu quieres y puedes por mí no hay problema - dijo ella sonriendo por el gesto que había puesto – No te van a morder tranquilo – Le susurró ella haciéndolo reír.
- Claro, me encantaría – y con la afirmativa Zoé se dirigió otra vez a dentro mientras ellos aún reían.
Cuando Zoé entró volvió a revisar su móvil, para comprobar si Andrew ya le había contestado.
"Termino mi turno en dos horas, mándame la ubicación, y estaré ahí. Te amo"
Le mandó la ubicación y rezó todo lo que sabía para que todo saliera bien esta noche.
Menuda semana llevaban, la paliza de David a Enery, la pelea con las Samelitas, Rose y Enery en coma, Rose clínicamente muerta durante media hora, Rose hija de Margaret y un elemental, Andrew el último guardián del fuego, Hayden primo de Kalet y guardián de terra, toda una locura, y ella pensaba hace dos semanas que su vida estaba siendo una locura, esto si era locura.
Después de un largo día de trabajo, a Andrew le vendría bien relajarse junto a Zoé, aunque porque no le había dicho nunca que tuviera una casa de campo. "Quizás no había surgido la oportunidad" Se dijo a sí mismo.
Puso la dirección en el GPS de su Audi, estuvo allí en una hora, cuando llego aparco al lado de la moto de Kalet, también estaba el coche de Rose, Cena en familia, genial, quizás hoy pudiera dar un paso más en la relación con Zoé, uno que hacía tiempo que quería dar, pero no había encontrado la ocasión.
Entró por la puerta principal, estaba abierta, la tensión del ambiente se noto nada más entrar, todo estaba en silencio, solo se escuchaba el ruido de la vajilla al ser colocada en la mesa, y el extractor de la cocina. Cuando normalmente solo Zoé y Enery hacían bastante jaleo. Quizás hoy tampoco iba a ser el día idóneo para una pedida de matrimonio, A ese ritmo le pediría matrimonio a Zoé con ochenta años.
-¿Hola? – Dijo adentrándose en la casa
- Al fondo Andrew – dijo Enery
La encontró en un saloncito de estilo rustico con un sofá en forma de L, junto a ella había un chico rubio.
- Andrew este es Hayden, Hayden mi cuñado Andrew – Los presentó ella, Hayden se levantó y le estrechó la mano firmemente, se le veía buen chico, mucho mejor que ese tal David con el que había salido.
Desde el salón vio a Zoé y Rose de espaldas frente a la placa, ambas estaban hablando bastante serias, y a través de una cristalera de la cocina se veía a Kalet paseándose nervioso de un lado a otro del porche trasero.
Fue hacia donde estaba Zoé, le rodeo la cintura desde atrás, y noto que estaba tensa.
- Hola preciosa – Zoé se giró mirando hacia él y sonrió un poco forzadamente - ¿Estás bien?
- Si tranquilo, es por todo lo que ha pasado, estoy algo cansada.
Había algo raro en todo esto, ella a pesar de todos los problemas que tenía siempre que le veía se relajaba, era como si él fuera su bote salvavidas, pero hoy era diferente. Hoy parecía que él era la tormenta.
Se sentaron todos a comer en la mesa que dividía la cocina del salón, era de madera maciza, de un tono oscuro, con sillas a juego.
- Creo que voy a tener que empezar yo a decir esto, porque Zoé creo que no encuentra las palabras para decir esto, y no es de extrañar, es algo que no es fácil de decir – Dijo Kalet rompiendo el silencio que había en la mesa – Sabréis que el universo y nuestro planeta comenzó con explosiones de energía, los científicos suponen que se produjeron esas explosiones por la interacción de partículas, pero la verdad es que, el universo con todo lo que conlleva fue creado por unos seres llamados elementales, y estos seres debido a un problema que hubo después de la creación, pidieron a unos seres superiores que otorgaran a humanos especiales de la fuerza para protegerlos, se que toda esta historia parece una locura, sobre todo para vosotros – dijo mirando para Hayden y Andrew– pero con todo esto quiero explicaros lo que somos...
- ¿Qué estás haciendo? – Dijo Enery entre dientes
- Tranquila, déjalo terminar, lo entenderás – La tranquilizo Rose que estaba a su lado.
- Somos los guardianes de esos seres, de los elementales, y a lo largo de los años, los enemigos de los elementales nos han cazado a nosotros y a ellos, muchos han muerto y debido a eso alguna familias decidieron dejar a sus hijos en manos de los humanos normales, Zoé ha descubierto en el registro que tenemos de todos los que han sido guardianes, tres personas que sin pensarlo estaban relacionadas con vosotros – Esta vez aparte de mirar a Hayden y a Andrew también paso la mirada por Rose, en la que se detuvo un poco más, ella en respuesta le acarició la mano que él tenía sobre la mesa. Al parecer ella ya sabía lo que Kalet les estaba intentando decir.
- Hace unos días, me dijiste que el detective que habías contratado había encontrado una partida de nacimiento con tu apellido biológico y ese día el apellido me había sonado de haberlo oído antes, pero no le di mucha importancia – Dijo Zoé ya que al parecer Kalet se había quedado mudo – Cuando Hayden me dijo hoy su apellido y me di cuenta de que era el mismo apellido que el de los tíos de Kalet, lo busque en el registro para comprobarlo y así era, y al buscar el suyo, también encontré tu apellido, el apellido de tus padres biológicos – Termino de decir, pero para Andrew el mundo se había detenido.
- Me estás diciendo que soy el protector de los seres que crearon el universo – Dijo Hayden
- Zoé, si esto es una broma, no tiene gracia – Dijo por fin Andrew
- Créeme que no lo es, esto no es fácil para mí – Dijo Zoé mientras en la cabeza de Andrew habían demasiados pensamientos mezclados unos con otros, pero había uno que destacaba.
- Hace cuanto que sabes que eres una guardiana – Pregunto Andrew
- Desde los cuatro años - dijo Zoé mientras agachaba la cabeza porque sabía que era lo que Andrew quería saber.
- ¿Y los demás? – Volvió a preguntar
- Kalet desde los cinco años, Enery se enteró hace una semana, Rose se enteró hoy de que era una guardiana de la luz, pero sabía que éramos guardianes desde hace unos años, Hayden se está enterando ahora al igual que tu – Le respondió Zoé mientras le temblaban las manos, temiendo lo que estaba por venir.
- Ósea que Rose sabía de la existencia de todo esto incluso antes de saber que era una guardiana, ¿Por qué no me lo contaste a mí al igual que a ella? – Esta vez era más una reclamación que una pregunta.
- Ella me vio usando mis poderes y no me quedó otra que contárselo, a ti quería contártelo pero... no sabía cómo hacerlo – A Zoé empezó a temblarle la voz mientras Andrew se enrojecía de la furia que estaba creciendo en su pecho.
– Me has mentido desde el principio, sabiendo que no soporto las mentiras, y yo que pensaba que era yo el que estaba exagerando, pero ahora todo tiene sentido – Andrew estaba furioso, cómo había podido ella, el centro de su mundo, si ella le había hecho eso qué podía esperar del resto.
Se levantó de la mesa y se apartó un poco.
- No lo entiendes, no podía decírtelo, no solo por tu bien si no porque tenía miedo de que no me creyeras, y tenía miedo a esto a qué te enfadaras conmigo, y me dejaras – Zoé le imitó y se acercó a él pero Andrew estaba furioso y eso no ayudaba.
- Claro pero ahora como no puedo elegir si marcharme o no hacerlo, si me lo cuentas, ahora que no tengo elección – Grito Andrew, por primera vez desde que estaba con Zoé, le estaba alzando la voz, estaba realmente furioso y lo que Zoé decía para intentar arreglarlo lo empeoraba.
- No se trata de eso, yo lo siento de verdad pero esto no se trata solo de mi no estoy sola en esto, por favor entiéndelo – unas lágrimas empezaron a resbalar por su cara, pero el enfado estaba nublándole todo el sentido, y lo que hace unas horas le había destrozado el corazón, ahora no le dolía, solo sentía furia.
- No estabas sola, éramos una pareja se supone que podemos confiar el uno en el otro, pero yo ya no confió en ti – Andrew cada vez se enfurecía más y ya no le importaba que todos estuvieran presenciando la discusión.
- Por favor, yo solo tenía miedo, miedo de que te hicieran daño para llegar a mí, miedo de que ya no quisieras estar conmigo por ser lo que era, sé que es complicado pero esta soy yo, ahora lo sabes, y tu formas parte de esto – Zoé se acerco a el, le tomo de la mano mientras lo miraba a los ojos, mientras él seguía viendo como sus lágrimas corrían por sus mejillas sin control.
- Y dime Zoé que hubiera pasado si a esos enemigos que dices les hubiera dado por hacerme daño pensando que sabía algo, de que me salvaría no habérmelo contado – Zoé no tenía respuesta para eso así que solo agacho la cabeza - a eso me refiero, me lo has contado porque no te a quedado otra, porque te has visto obligada, no porque decidieras contármelo por tu propia voluntad, porque por giros de la vida he acabado siendo un guardián, aunque aún no entienda bien lo que eso conlleva. – Andrew se quedó callado, le hervía la sangre, en el fondo quería controlarse porque al fin y al cabo amaba a Zoé, pero ella sabía muy bien que mentir para él era imperdonable, y no le importo, y el hecho de que no le importará, más lo enfurecía.
Mientras el divagaba, se escuchó el grito de Zoé, alarmado miró hacia ella y vio que tenía llamas envolviéndole las manos, enseguida Zoé cerró los ojos mientras apretaba los dientes para contener sus gritos, y en sus manos se formaron unas burbujas de agua que al tocar con el fuego, hicieron que este se apagará, haciendo que se elevará un columna pequeña de humo, se miró sus brazos que estaban envueltos en fuego desde los dedos hasta los codos, no sentía dolor, ni siquiera un cosquilleo, formaban parte de él como una segunda piel, miro las manos de Zoé, estaban en carne viva por las quemaduras, pero al segundo empezaron a brillarle, y cuando dejaron de brillar ya no había ni rastro de quemaduras, ni siquiera un tono diferente al suyo propio como evidencia de que él la había herido. Y ahí fue cuando toda la furia que sentía se marchó, siendo reemplazada por la desoladora culpa de haber herido a la persona que más quería en el mundo. No había comportamiento de ella que justificara eso y aunque no lo había hecho intencionadamente no importaba, se sentía fatal.
- Yo... yo no quería... yo no sé qué ha pasado. Yo... - no era capaz de formular una frase coherente.
- Tranquilo, no pasa nada no es culpa tuya. Estoy bien, déjame ayudarte, podemos superar esto juntos solo respira, todo va a ir bien – Zoé se acercaba a él, pero mientras ella avanzaba, el retrocedía, aún tenía el fuego en los brazos y no quería hacerle daño, otra vez no.
- No te acerques, no quiero hacerte daño – Siguió retrocediendo hasta que el sofá le impidió que siguiera hacia atrás.
- No lo harás, tranquilo, cálmate, tú tienes el control de esto Andrew, tú eres el único que puede hacer que las llamas paren, eres el único, yo no puedo hacerlo por ti, solo tienes que respirar profundo y calmarte, te prometo que no me harás daño – Ella siguió avanzando hasta quedar frente a él, estaba temblando, como había llegado a este punto en el que su vida era una locura, su vida siempre había estado controlada, no había nada anormal ni fuera de su sitio. Hasta este momento.
Zoé se acercó un poco más, sólo estaban separados por dos pasos, si estiraba los brazos podría tocarla.
- Zoé... - Le advirtió Kalet levantadose de la mesa donde no se había levantado ninguno por la tensión, al ver que ella quería dar otro paso.
- Shh... Tranquilo, no me harás daño, confió en ti – y cuando pensó que no iba a avanzar más, dio un paso largo y estuvo entre sus brazos, él por instinto, la abrazo pero al darse cuenta se alejo de ella y se miró las manos, pero ya las llamas no estaban. Había acabado, pero para asegurarse se acercó a Zoé le dio la vuelta para mirar donde habían estado sus manos pero no había nada, ni marcas de quemaduras en la blusa, ni su mano tatuada a fuego en su espalda.
- Como se te ocurre, podría haberte herido – Susurro el mientras le acariciaba la espalda con las puntas de los dedos.
- Yo sabía que no lo harías. Andrew sé que no va a ser fácil que me perdones, incluso puede que nunca lo hagas pero a pesar de eso quiero ayudarte con esto, te debo al menos eso – Dijo ella agachando la cabeza, para esconder su rostro.
Enery miraba como su hermana y Andrew se iban a hablar a su dormitorio mientras los demás se quedaron en el comedor aun sentados en la mesa, y la cena servida.
- Vaya en tu casa uno no se aburre – Dijo Hayden intentando quitarle hierro al asunto.
- Por lo que se ve, no. Oye sé que esto es extraño pero si tienes alguna pregunta, intentaré responderte, aunque yo no hace mucho que lo sé pero lo intentaré, además hay unos libros que cuentan todo, quizás de ahí podamos sacar algo – Enery no sabía qué decir, ni qué hacer. Hayden tenía una mirada de confusión, a pesar de intentar disimularlo.
- No, no es fácil, pero a pesar de todo eres mi primo al fin y al cabo yo estaré aquí para lo que necesites, y no pienses que lo hago por obligación, lo hago porque quiero hacerlo, quiero estar aquí para ti, siempre. – Dijo Kalet firmemente, no había ni una pizca de dudas en sus palabras.
- Siempre supe que había algo importante que tenía que hacer, no me sorprende la situación después de lo que acabo de ver, pero tengo una pregunta – dijo Hayden, A Enery le sorprendió sobre todo la facilidad con la que estaba creyendo todo la locura que era su vida y lo bien que se lo estaba tomando, pero había algo que en el fondo le decía que no estaba todo bien.
- La que quieras – Respondió Kalet
- ¿Por qué me dejaron? ¿Por qué no se quedaron conmigo? ¿Por qué me abandonaron? – Preguntó Hayden, y en ese momento Enery lo entendió, simplemente era un chico que había sido abandonado y eso a pesar de que fuese o no un guardián no lo cambiaría nadie, porque aunque sus padres no hubieran tenido otra opción, ella creía que para él eso no cambiaba nada.
- Bueno, resulta que antes de que tu nacieras, los Samelitas que son nuestros enemigos decidieron que era mejor ir de una familia de guardianes a otra, y unos años antes, la familia de los guardianes de terra fuimos su objetivo, y fueron matando a miembros de la familia, cuando tus padres, mis tíos se enteraron de que ellos serían los siguientes, huyeron, al parecer mi tía estaba embarazada de ti, y cuando tu naciste te pusieron a salvo antes de que los Samelitas vinieran a por ellos, Así se aseguraban de que no te hacían daño a ti – Le explicó Kalet.
- Por eso dejaron una nota con mi apellido, para cuando yo creciera supiera quienes eran ellos, y lo que yo era, pero no contaron con que yo no quería saber de ellos – Hayden tenía la vista en sus manos, mientras jugueteaba con la punta de su servilleta.
- Se que decirte esto no va a arreglar nada, porque al fin y al cabo lo que a ti te importa es que te hayan abandonado no porque lo hayan hecho, pero quiero que sepas que si hubieran tenido elección no lo habrían hecho – Dijo Kalet intentando animarlo, pero todos sabían que eso no lo animaría. Enery esperaba equivocarse pero sabia por su propia experiencia que algunas heridas nunca sanaban.
Después de la charla siguieron comiendo, mientras entre Rose y ella intentaban romper un poco el silencio hablando de las clases. Cuando terminaron Rose y Kalet se fueron arriba, Enery y Kalet volvieron a salir en el porche, después de un rato mirando como el agua del lago se movía por la brisa.
- Es una preciosidad ¿verdad? – Dijo ella aún mirando más allá del lago, hacia el espeso bosque.
- Si que lo es – Le respondió Hayden pero él hacía rato que no estaba mirando el lago, la miraba a ella. Enery al mirarlo se dio cuenta de que se estaba refiriendo a ella y enrojeció mientras bajaba la mirada al suelo y sonreía tímidamente.
- ¿Y cuáles son tu dones? – Le pregunto él para no hacerla sentir incómoda.
- El aire, aunque mi hermana dice que aparte de controlar el elemento que protegemos también tenemos un don enlace.
A Hayden aun le costaba entender los términos que usaban pero le había aliviado que la sensación que siempre lo había perturbado no fuera porque se estuviera volviendo loco, sino el destino llamándolo para que estuviera donde le correspondía.
- Ven te lo enseñare, aunque aun no sepa cuál es mi don enlace sé hacer cosas bastante chulas – Dijo ella presumiendo – el don enlace de mi hermana es la curación acelerada, el de Kalet la telepatía. Tanto nosotros como Rose y Andrew tendremos que averiguar cuáles son los nuestros. Hasta entonces tú tienes el control sobre la tierra. Andrew como ya vistes tienen el control del fuego y Rose sobre la luz aunque aun no entiendo cuales es exactamente el alcance de ese elemento – le explico mientras se dirigían hacia la orilla del lago, una vez allí, estiró el brazo izquierdo y con el dedo índice comenzó a hacer círculos en el aire, unos segundo después se empezó a formar un diminuto torbellino de aire que con un soplido de Enery se dirigió hacia el lago mientras hacía que en el agua se formarán ondas más amplias.
- Tienes que enseñarme muchas cosas por lo que veo – Dijo Hayden entre risas mientras veía que con un movimiento de su mano Enery deshacía el torbellino.
Mientras ellos seguían en el lago entre risas Andrew y Zoé estaban en la habitación de ella, Andrew estaba sentado en el borde de la cama, con todos los libros que le había dicho Zoé que pertenecían a los antiguos guardianes, esparcidos por la cama, llevaba rato leyendo historias de los guardianes, los Elementales y los Samelitas, viendo dibujos hechos a mano, gracias a ello ahora entendía mejor la situación, pero aún le dolía el hecho de saber que Zoé le había mentido, le había pedido disculpas muchas veces desde hacía un buen rato, y a pesar de que le había dicho que lo entendía, no era lo mismo entenderlo que perdonarlo.
- Vale y ¿Cómo se supone que vamos a proteger a los Elementales de los Samelitas? – Preguntó Andrew intentando pensar entra cosa que no fuese las mentiras de Zoé.
- La verdad llevamos años únicamente evitando que nos maten, porque la sangre del último guardián es la llave para invocar a los Elementales a los cuales protege dicho guardián, ahora mismo excepto Kalet y Hayden los demás somos los últimos de nuestro elemento – le explico Zoé mientras se le notaba que no estaba muy bien de ánimos.
- ¿Estás diciendo que lleváis años simplemente huyendo? – Zoé asintió – ¿Tan poderosos son?
- Si, lo son, han logrado ir aniquilando a familias enteras de guardianes, llevamos años que por cada generación como máximo han quedado tres guardianes de cada elemento, para a los años solo quedar uno que es el que sigue con el linaje – Le respondió, pero para Andrew era incomprensible que con lo poderosos que eran no les hubieran plantado cara – Se que es difícil de entender pero yo los he visto y hace unos días lograron derribarnos a Enery, a Kalet y a mi dos de ellos, dejando a Enery y a Rose en coma – Por la cara que puso Andrew, Zoé se dio cuenta de que le había desvelado otra de sus mentiras. – Lo siento.
- Eso ya lo has dicho – Andrew no podía más, estaba saturado, había pasado de la rabia y el enfado, a la decepción y no sabía que era peor – creo que será mejor que me vaya.
- Por favor Andrew no te vayas, yo lo siento, tienes razón, debería habértelo contado, pero tenía miedo, muchísimo.
-Miedo de que, de que no te creyera – Dijo Andrew hastiado de la situación.
- Miedo de perderte – Respondió Zoé sonando un poco brusca de la frustración de ver que él no la iba a perdonar – Porque mi vida no es sencilla, ni segura, y tú no tenías la obligación de quedarte en ella y no quería perderte. Aunque veo que te voy a perder no por contártelo, sino por no hacerlo.
Andrew se quedó sin palabras, que se supone que le dices a la persona que más quieres por ocultarte algo muy delicado que en ese momento no le afectaba, y con la razón más razonable. Nada. Se acercó a ella, la abrazo fuertemente entre sus brazos, y en ese instante Zoé rompió a llorar entre sus brazos. Aunque le costara admitirlo él habría hecho lo mismo, bajo esas circunstancias.
- Tranquila, no puedo culparte por estar asustada, tenias mucha presión sobre tus hombros y la situación te ha sobrepasado pero ahora no estás sola en esto, yo estoy aquí y juntos podremos con esto y con lo que venga – La consoló Andrew mientras le acariciaba la espalda.
Zoé sorprendida por sus palabras se separó un poco de él para poder mirarlo, Andrew la sostuvo muy cerca de él mientras inclinaba la cabeza para besarla, recuperando el tiempo perdido, el beso se fue intensificando mientras por el cuerpo de Zoé pasaba un cosquilleo que le llegaba de la cabeza a los pies.
Andrew la pegó más a él, lo cual ya no era posible porque estaban abrazados, pero para él era poco, quería fundirse con ella, para que nada ni nadie los pudiera separar, para que acabara como acabará todo esto, ellos permanecieran juntos. Un ronroneo de Zoé le hizo temblar, la tumbó en el suelo de la habitación sobre la alfombra, la cama estaba llena de libros y eran demasiado viejos y valiosos para tirarlos al suelo sin cuidado.
Se tumbó sobre ella, y empezó a recorrerla con besos por todo el cuerpo, y en ese instante se dio cuenta de lo que nunca se había percatado, que antes de ese momento estaba incompleto, y ahora sabiéndolo todo sobre él y teniéndola a ella junto a él, no le importaba lo que viniera, o quien, Se sentía invencible.
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