domingo, 10 de mayo de 2020

- ¿Y si no despierto? - Capitulo 1

Sue Everton



-Señorita Everton, siento decirle que sufre usted de narcolepsia, mejor conocida por la enfermedad del sueño... - todo mi sistema desconecto en ese momento.
Me llamo Sue Everton, tengo veinticinco años, Hace año y medio empecé a tener desmayos injustificados,  parálisis del sueño, estaba en la consulta de mi doctor, sentada en su silla blanca, después de haberme sometido a miles de pruebas, pero mi mente en el mismo instante que escucho la palabra narcolepsia, se fue a otra parte.
- Desgraciadamente aún no existe ninguna cura definitiva, pero si una serie de tratamientos que disminuyen los síntomas, con lo cual podrá llevar una vida lo más normal posible. Los estimulantes pueden ayudarla a mantenerse despierta durante el día, y los antidepresivos a reducir los episodios de cataplejía, parálisis del sueño, incluso las alucinaciones. Deberá evitar los trayectos largos de coche. Pero poco a poco se acostumbrara a este nuevo estilo de vida.
Yo aun estaba intentando procesar toda la información, cuando me obligué a asentir a lo que el doctor me estaba explicando. Me receto los medicamentos que debía tomarme regularmente y sin excepción, y me concertó una cita con un psicólogo de confianza, para que me ayudara a sobrellevar todo este proceso. Tanto era el nivel de shock que ni siquiera proteste por la derivación a un psicólogo.
Por fin pude marcharme de regreso a casa, durante el camino mi cabeza no paraba de darle vueltas al hecho de que estaba enferma y era algo serio, como iba a explicarlo en el trabajo, o a su familia, gracias a que no tenia a nadie muy especial, al que cargarle con este drama. Sabia que habían enfermedades mas complicadas, incluso mortales, pero para alguien que no había pasado nada mas fuerte que una gripe estacional, y a la que le gustaba tener todo controlado al milímetro, que algo así le pasara, rompía con toda la cuadricula que había creado entorno a su vida.
Mi móvil sonaba en mi bolsillo, y temía que el nombre que apareciera en la pantalla fuera el de mi madre. ¿Qué le diría, por donde empezaría?
- Hola mamá. ¿Cómo te encuentras?  dijo intentando sonar los mas relajada que su estado le permitía.
- Yo estoy bien Sue ¿Cómo estas tú? ¿Cómo ha ido la visita al médico?
- Sinceramente mamá esta no es una conversación que me apetezca tener por teléfono. Voy a llamar al trabajo y mañana iré a casa y hablaremos - Le estaba dando largas a su madre y como bien sabia quizás eso con ella no funcionaria y ella insistiría hasta conseguir la información que le estaba pidiendo.
- Sue me estas asustando. Pasa algo malo ¿Qué te han dicho?
- Mañana hablaremos mamá lo prometo, pero ahora necesito ir a casa y llamar al trabajo antes de que se haga mas tarde, Te quiero, Adiós - Dije sin darle la oportunidad de volver a bombardearme con preguntas que no estaba preparada para contestar en ese instante, necesitaba pensar, aclarar las ideas y encontrar la manera de solucionar esto, de evitar que su vida quedara patas arriba, se negaba a que todo por lo que había luchado por lograr se desvaneciera sin mas solo con veinticinco años. 
Paso por la farmacia para comprar los medicamentos que tenia que tomarse, después de conseguirlos fue hasta el parking en el que había aparcado su coche antes de ir a la consulta, miro para su demasiado común coche, y pensar que tendría que dejar de conducirlo tanto como le gustaba, su trabajo estaba a una hora de distancia de su casa, que haría ahora para ir a trabajar. Decidió dejar de pensar hasta no llegar a casa. Subió al coche sin preocuparse mucho, solo estaba a veinte minutos de su casa, no le pasaría nada. 
Eran las seis de la tarde las calles estaban tranquilas en comparación a como solían estar, mejor para ella, antes llegaría, y menos peligros tendría. 
Se paro en el siguiente semáforo en rojo, esperando a que le permitiera el paso, no había dormido la noche anterior por los nervios de la cita con el medico, lo poco que había dormido le había dado una parálisis del sueño y se había despertado después de lo que había parecido una eternidad luchando por despertar y principalmente por respirar. Los efectos de la falta del sueño se estaba empezando a notar, solo dos calles mas y estaría en casa, así que no se preocupo. El semáforo tardaba en ponerse en verde, parpadeo un par de veces para disipar el sueño, y cuando por fin se puso en verde acelero para llegar a casa antes de que se quedara dormida. Lo que no esperaba era que un coche se le echara encima. 
El coche la sacudió por el lado contrario, lo siguiente que supo es que estaba dando vueltas, cuando paro, intento saber en que estado se encontraba, si estaba bien pero sintió como otro ataque de cataplejía la golpeaba, hasta que no pudo moverse, oyó sirenas a lo lejos y gente hablando a su alrededor. Unos ojos verdes fue lo último que vio antes de desmayarse, unos ojos que prometían mantenerla a salvo a pesar de no haberlos visto antes.


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