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Sue Everton |
domingo, 10 de mayo de 2020
- ¿Y si no despierto? - Capitulo 1
domingo, 23 de febrero de 2020
- Ancestros - Capítulo 5
Kalet no sabía qué decir ni que hacer para hacer sentir mejor a Rose, decidió llamar a Zoé para intentar algo entre los tres porque esta noticia estaba superando a Kalet. Todo lo que se había dicho a sí mismo para negarse sentir lo que sentía por Rose se estaba desmoronando, y si eso ya no era un obstáculo le daba miedo enfrentarse a la realidad de que ella no sintiera lo mismo. Se había refugiado tanto en no poder estar con ella para protegerla de una vida que no debería tener que vivir, que no se había parado a pensar si ella sentía o no algo por él.
Cuando Zoé entró en la habitación y vio el panorama, se sentó al lado de Rose que ahora estaba en la cama y la abrazo. Estuvieron así un rato hasta que Zoé empezó a preguntarle y Rose a contestar sus preguntas, con cada pregunta, Rose empezó a tener mejor aspecto, pero aun así tenía una expresión de pérdida, quizás de la pérdida de su vida, de la vida que había planeado llevar, y ahora todo había cambiado, no solo para ella, para todos.
- ¿No te dijo nada más? – Le preguntó Zoé cuando termino de contarle lo que ya le había contado a él.
- Si. Que buscara a una tal Margaret Densen, que con eso tendría respuesta a todas mis preguntas, pero no sé quién es esa mujer, y no sé por dónde empezar a buscarla – Rose no sabía que iba a pasar a partir de ahora en su vida, y estaba tan confusa que ya no sabía que parte de su vida quedaría intacta después de esto.
- Yo sí lo sé – Dijo Zoé, ambos miraron hacia ella perplejos – Es la última guardiana de la luz que está registrada, en el libro de los ancestros dice que cuando desapareció estaba embarazada, pero cuando la encontraron muerta en lo que parecía ser un ritual de invocación a los elementales de la luz no hallaron al bebé, no había rastro de él, supusieron que también habían matado al bebé en el proceso, por lo que se dice Margaret estaba embarazada de un elemental de luz. Hay un escrito pequeño sobre ella, y viene a decir que al ser la última guardiana de la luz acudía a los elementales de la luz en busca de consejo, y al parecer se enamoró de uno de ellos y se quedó embarazada de él.
- Espera hay algo que no entiendo, como un elemental de luz que no tiene forma corpórea la pudo dejar embarazada – Rose había empezado a despertar de su estado de confusión.
- Los elementales pueden elegir volverse corpóreos mientras están en este plano, pueden elegir cualquier forma que quieran desde un animal, hasta un ser humano, pero no pueden estar en esa forma mucho tiempo, igual que no pueden estar mucho tiempo fuera del plano elemental.
- ¿Entonces quiere decir que no solo soy una guardiana, sino también una elemental? ¿Cómo no os habéis vuelto locos con tanta locura? Yo solo llevo dos horas sumergida por completo en esto y me siento a punto de enloquecer.
- Llevamos desde la infancia en esto es algo con lo que aprendes a vivir, de todas maneras aún no sabemos qué parte predomina en ti, a lo mejor sencillamente eres una guardiana, el problema es que como es posible que aún hayan elementales de luz si hicieron el llamamiento al matar a Margaret – la mente de Zoé estaba funcionando a mil revoluciones, intentando buscar algo que les explicara la loca situación en la que estaban - espera si tu madre te puso a salvo antes de que ellos la encontraran significa que ella no era la última guardiana de luz por lo tanto su sangre ya no funcionaba como una puerta hasta los elementales de la luz, porque al tu nacer, la llave eras tú.
Rose tenía la cabeza a punto de explotar pero poco a poco estaba intentando asimilar su nueva situación, desde siempre había deseado estar más unida a Enery, a Zoé y a Kalet y ahora lo había logrado.
"Cuidado con lo que deseas" Se dijo mentalmente.
- Bueno no quiero saturaros pero he descubierto algo importante, y os juro que después de esto voy a empezar a creer que el destino existe de verdad – Zoé no sabía cómo empezar, estos días estaban siendo muy intensos y la verdad es que estaba empezando a sentirse agotada de verdad.
- Esto mejora por momentos – Dijo Kalet irónicamente – Haber que ha pasado ahora – Al parecer Zoé no era la única que estaba empezando a agotarse con todo esto, como era lógico. Pero por desgracia para todos esto solo acababa de empezar.
- El amigo de Enery, Hayden, es tu primo – Lo dijo lo más rápido que pudo.
- ¿Perdona qué? Tienes que estar equivocada toda mi familia murió como bien sabes, no hay nadie vivo –
- No lo estoy, además lo he comprobado varias veces, además el día que mis padres tuvieron el accidente iban a ir a buscarlo porque habían averiguado que tus tíos lo dejaron en un reformatorio, cuando se dieron cuenta de que los Samelitas iban a por tu familia. Sé que es difícil de asimilar Kalet pero lo he comprobado varias veces, además eso no es todo, y esto más bien me afecta a mí. – Lo último lo dijo mientras agachaba la cabeza, esto la afectaba demasiado y la situación la obligaba a enfrentarse a lo que llevaba tiempo temiendo.
- A que hay más... estupendo – Kalet estaba a punto de estallar - Que pasa que no era suficiente con todo lo que ha pasado estos días que van a seguir sumándose más cosas al montón de nuestra vida es una jodida locura y el destino se está riendo de nosotros, Maravilloso absolutamente maravilloso.
- Andrew es el último guardián del fuego y voy a tener que contarle todo, para que además de enterarse de eso se entere de que llevo desde que nos conocimos mintiéndole sobre quién soy de verdad, así que créeme que a mí tampoco me hace gracia la situación pero es la que nos ha tocado vivir y nos tenemos que resignar porque así es la vida, sobre todo la nuestra – Mientras hablaba se le habían escapado unas lágrimas que limpió rápidamente porque ella se caracterizaba por eso, por ser fuerte, por reponerse a todo, imperturbable al igual que el mar.
- Lo siento, tienes razón, esto es difícil para todos y yo me estoy comportando como un egoísta pensando solo en mi. – Ella le sonrió a Kalet en respuesta - ¿Y crees que el chico sepa algo?
- No lo creo, está solo, no tiene a nadie, ni padres adoptivos, ni hermanos nada. Y la verdad que parándome a pensarlo no va a ser fácil decírselo a ninguno, va a ser muy complicado que crean lo que les decimos.
- Pues habrá que pensar en cómo lo hacemos, porque como ya hemos comprobado no dudaran en dañar a quien sea, sea guardián o no – dijo Kalet mientras la miraba apenado, sabía que estaba en una situación complicada, porque no quería que Andrew resultara herido así que tendría que decírselo, pero a la vez sabía que si se lo contaba corría el riesgo de que él no la perdonará por mentirle – Lo comprenderá, quizás le sorprenda y no será fácil asimilarlo para ninguno pero acabará comprendiendo porque tuviste que mentirle.
- Vale, podemos hacerlo al mismo tiempo, así quizás sea menos difícil para ellos – Dijo Rose pero al instante se arrepintió – Lo siento, no es asunto mío sólo...
- Si que lo es, es tan asunto tuyo como nuestro, y aunque no fueras una guardiana igualmente podrías dar tu opinión porque eres mi hermana, ya lo dijimos hace tiempo somos un alma dividida en tres, tú eres parte de nosotras tanto como nosotras parte de ti, y ahora más aún – Dijo Zoé con una convicción digna de ella, aunque antes intentaban no involucrar mucho a Rose por su seguridad, eso no quitaba que no escucharan sus consejos y sus opiniones, siempre habían acudido a ella en menor o mayor medida, porque ellas siempre estarían unidas, no importara que fuese o no una guardiana – Es buena idea, llamaré a Andrew, prepararemos una cena, y se lo diremos, no sé cómo vaya a salir esto pero hay que hacerlo.
Enery estaba en una nube, Hayden era increíble, habían estado paseando por el lago mientras hablaban de infinidad de cosas, quizás no tuvieran unos gustos de lo más parecido, a ella le gusta lo dulce a él le gustaba lo picante, a ella le encantaba la playa, a él la montaña, pero se entendían tan bien que Enery empezó a temer que le costara mas de lo que creía mantenerle alejado, no solo por su miedo, sino por la seguridad de Hayden, incluso tenía el presentimiento de que algo iba a pasar, era de esos presentimientos que hacen que tengas un nudo en el estómago y una opresión en el pecho, quizás preparándote para lo que venía.
- ¿Estás bien? - Le preguntó él parándose delante de ella, mientras la sujetaba de la cintura.
- Tengo un mal presentimiento, uno bastante malo – le estaban empezando a temblar las manos, intento decirse a sí misma que no se preocupara que solo era por el miedo a que todo se estropeara ahora que iba tan bien, pero ella sabía muy bien que no era solo eso.
- Él no volverá Enery, y en el caso de que lo haga no dejaré que te haga daño – Hayden la abrazó dulcemente mientras le acariciaba el pelo para tranquilizarla pero eso a ella no la estaba ayudando porque ella sabía que si David volvía él no podría protegerla, ella seria la que tendría que protegerlo.
A lo lejos vio como su hermana les hacía señas desde la terraza, fueron hasta ella, y nada más acercarse lo noto, noto que su presentimiento estaba más cerca de lo que creía. Su hermana tenía mal aspecto, sus ojos estaban hinchados como si hubiera estado llorando, algo poco común en ella, estaba pálida.
- ¿Ha pasado algo? ¿Rose está bien? – Preguntó ella rápidamente
- Si tranquila todo está bien – Dijo mostrando rápidamente una sonrisa, pero a Enery no la pudo engañar sabía que pasaba algo – Quería invitarte a cenar, si no tienes planes claro.
Hayden la miró en busca de alguna objeción.
- A mi no me mires, te está invitando a ti, si tu quieres y puedes por mí no hay problema - dijo ella sonriendo por el gesto que había puesto – No te van a morder tranquilo – Le susurró ella haciéndolo reír.
- Claro, me encantaría – y con la afirmativa Zoé se dirigió otra vez a dentro mientras ellos aún reían.
Cuando Zoé entró volvió a revisar su móvil, para comprobar si Andrew ya le había contestado.
"Termino mi turno en dos horas, mándame la ubicación, y estaré ahí. Te amo"
Le mandó la ubicación y rezó todo lo que sabía para que todo saliera bien esta noche.
Menuda semana llevaban, la paliza de David a Enery, la pelea con las Samelitas, Rose y Enery en coma, Rose clínicamente muerta durante media hora, Rose hija de Margaret y un elemental, Andrew el último guardián del fuego, Hayden primo de Kalet y guardián de terra, toda una locura, y ella pensaba hace dos semanas que su vida estaba siendo una locura, esto si era locura.
Después de un largo día de trabajo, a Andrew le vendría bien relajarse junto a Zoé, aunque porque no le había dicho nunca que tuviera una casa de campo. "Quizás no había surgido la oportunidad" Se dijo a sí mismo.
Puso la dirección en el GPS de su Audi, estuvo allí en una hora, cuando llego aparco al lado de la moto de Kalet, también estaba el coche de Rose, Cena en familia, genial, quizás hoy pudiera dar un paso más en la relación con Zoé, uno que hacía tiempo que quería dar, pero no había encontrado la ocasión.
Entró por la puerta principal, estaba abierta, la tensión del ambiente se noto nada más entrar, todo estaba en silencio, solo se escuchaba el ruido de la vajilla al ser colocada en la mesa, y el extractor de la cocina. Cuando normalmente solo Zoé y Enery hacían bastante jaleo. Quizás hoy tampoco iba a ser el día idóneo para una pedida de matrimonio, A ese ritmo le pediría matrimonio a Zoé con ochenta años.
-¿Hola? – Dijo adentrándose en la casa
- Al fondo Andrew – dijo Enery
La encontró en un saloncito de estilo rustico con un sofá en forma de L, junto a ella había un chico rubio.
- Andrew este es Hayden, Hayden mi cuñado Andrew – Los presentó ella, Hayden se levantó y le estrechó la mano firmemente, se le veía buen chico, mucho mejor que ese tal David con el que había salido.
Desde el salón vio a Zoé y Rose de espaldas frente a la placa, ambas estaban hablando bastante serias, y a través de una cristalera de la cocina se veía a Kalet paseándose nervioso de un lado a otro del porche trasero.
Fue hacia donde estaba Zoé, le rodeo la cintura desde atrás, y noto que estaba tensa.
- Hola preciosa – Zoé se giró mirando hacia él y sonrió un poco forzadamente - ¿Estás bien?
- Si tranquilo, es por todo lo que ha pasado, estoy algo cansada.
Había algo raro en todo esto, ella a pesar de todos los problemas que tenía siempre que le veía se relajaba, era como si él fuera su bote salvavidas, pero hoy era diferente. Hoy parecía que él era la tormenta.
Se sentaron todos a comer en la mesa que dividía la cocina del salón, era de madera maciza, de un tono oscuro, con sillas a juego.
- Creo que voy a tener que empezar yo a decir esto, porque Zoé creo que no encuentra las palabras para decir esto, y no es de extrañar, es algo que no es fácil de decir – Dijo Kalet rompiendo el silencio que había en la mesa – Sabréis que el universo y nuestro planeta comenzó con explosiones de energía, los científicos suponen que se produjeron esas explosiones por la interacción de partículas, pero la verdad es que, el universo con todo lo que conlleva fue creado por unos seres llamados elementales, y estos seres debido a un problema que hubo después de la creación, pidieron a unos seres superiores que otorgaran a humanos especiales de la fuerza para protegerlos, se que toda esta historia parece una locura, sobre todo para vosotros – dijo mirando para Hayden y Andrew– pero con todo esto quiero explicaros lo que somos...
- ¿Qué estás haciendo? – Dijo Enery entre dientes
- Tranquila, déjalo terminar, lo entenderás – La tranquilizo Rose que estaba a su lado.
- Somos los guardianes de esos seres, de los elementales, y a lo largo de los años, los enemigos de los elementales nos han cazado a nosotros y a ellos, muchos han muerto y debido a eso alguna familias decidieron dejar a sus hijos en manos de los humanos normales, Zoé ha descubierto en el registro que tenemos de todos los que han sido guardianes, tres personas que sin pensarlo estaban relacionadas con vosotros – Esta vez aparte de mirar a Hayden y a Andrew también paso la mirada por Rose, en la que se detuvo un poco más, ella en respuesta le acarició la mano que él tenía sobre la mesa. Al parecer ella ya sabía lo que Kalet les estaba intentando decir.
- Hace unos días, me dijiste que el detective que habías contratado había encontrado una partida de nacimiento con tu apellido biológico y ese día el apellido me había sonado de haberlo oído antes, pero no le di mucha importancia – Dijo Zoé ya que al parecer Kalet se había quedado mudo – Cuando Hayden me dijo hoy su apellido y me di cuenta de que era el mismo apellido que el de los tíos de Kalet, lo busque en el registro para comprobarlo y así era, y al buscar el suyo, también encontré tu apellido, el apellido de tus padres biológicos – Termino de decir, pero para Andrew el mundo se había detenido.
- Me estás diciendo que soy el protector de los seres que crearon el universo – Dijo Hayden
- Zoé, si esto es una broma, no tiene gracia – Dijo por fin Andrew
- Créeme que no lo es, esto no es fácil para mí – Dijo Zoé mientras en la cabeza de Andrew habían demasiados pensamientos mezclados unos con otros, pero había uno que destacaba.
- Hace cuanto que sabes que eres una guardiana – Pregunto Andrew
- Desde los cuatro años - dijo Zoé mientras agachaba la cabeza porque sabía que era lo que Andrew quería saber.
- ¿Y los demás? – Volvió a preguntar
- Kalet desde los cinco años, Enery se enteró hace una semana, Rose se enteró hoy de que era una guardiana de la luz, pero sabía que éramos guardianes desde hace unos años, Hayden se está enterando ahora al igual que tu – Le respondió Zoé mientras le temblaban las manos, temiendo lo que estaba por venir.
- Ósea que Rose sabía de la existencia de todo esto incluso antes de saber que era una guardiana, ¿Por qué no me lo contaste a mí al igual que a ella? – Esta vez era más una reclamación que una pregunta.
- Ella me vio usando mis poderes y no me quedó otra que contárselo, a ti quería contártelo pero... no sabía cómo hacerlo – A Zoé empezó a temblarle la voz mientras Andrew se enrojecía de la furia que estaba creciendo en su pecho.
– Me has mentido desde el principio, sabiendo que no soporto las mentiras, y yo que pensaba que era yo el que estaba exagerando, pero ahora todo tiene sentido – Andrew estaba furioso, cómo había podido ella, el centro de su mundo, si ella le había hecho eso qué podía esperar del resto.
Se levantó de la mesa y se apartó un poco.
- No lo entiendes, no podía decírtelo, no solo por tu bien si no porque tenía miedo de que no me creyeras, y tenía miedo a esto a qué te enfadaras conmigo, y me dejaras – Zoé le imitó y se acercó a él pero Andrew estaba furioso y eso no ayudaba.
- Claro pero ahora como no puedo elegir si marcharme o no hacerlo, si me lo cuentas, ahora que no tengo elección – Grito Andrew, por primera vez desde que estaba con Zoé, le estaba alzando la voz, estaba realmente furioso y lo que Zoé decía para intentar arreglarlo lo empeoraba.
- No se trata de eso, yo lo siento de verdad pero esto no se trata solo de mi no estoy sola en esto, por favor entiéndelo – unas lágrimas empezaron a resbalar por su cara, pero el enfado estaba nublándole todo el sentido, y lo que hace unas horas le había destrozado el corazón, ahora no le dolía, solo sentía furia.
- No estabas sola, éramos una pareja se supone que podemos confiar el uno en el otro, pero yo ya no confió en ti – Andrew cada vez se enfurecía más y ya no le importaba que todos estuvieran presenciando la discusión.
- Por favor, yo solo tenía miedo, miedo de que te hicieran daño para llegar a mí, miedo de que ya no quisieras estar conmigo por ser lo que era, sé que es complicado pero esta soy yo, ahora lo sabes, y tu formas parte de esto – Zoé se acerco a el, le tomo de la mano mientras lo miraba a los ojos, mientras él seguía viendo como sus lágrimas corrían por sus mejillas sin control.
- Y dime Zoé que hubiera pasado si a esos enemigos que dices les hubiera dado por hacerme daño pensando que sabía algo, de que me salvaría no habérmelo contado – Zoé no tenía respuesta para eso así que solo agacho la cabeza - a eso me refiero, me lo has contado porque no te a quedado otra, porque te has visto obligada, no porque decidieras contármelo por tu propia voluntad, porque por giros de la vida he acabado siendo un guardián, aunque aún no entienda bien lo que eso conlleva. – Andrew se quedó callado, le hervía la sangre, en el fondo quería controlarse porque al fin y al cabo amaba a Zoé, pero ella sabía muy bien que mentir para él era imperdonable, y no le importo, y el hecho de que no le importará, más lo enfurecía.
Mientras el divagaba, se escuchó el grito de Zoé, alarmado miró hacia ella y vio que tenía llamas envolviéndole las manos, enseguida Zoé cerró los ojos mientras apretaba los dientes para contener sus gritos, y en sus manos se formaron unas burbujas de agua que al tocar con el fuego, hicieron que este se apagará, haciendo que se elevará un columna pequeña de humo, se miró sus brazos que estaban envueltos en fuego desde los dedos hasta los codos, no sentía dolor, ni siquiera un cosquilleo, formaban parte de él como una segunda piel, miro las manos de Zoé, estaban en carne viva por las quemaduras, pero al segundo empezaron a brillarle, y cuando dejaron de brillar ya no había ni rastro de quemaduras, ni siquiera un tono diferente al suyo propio como evidencia de que él la había herido. Y ahí fue cuando toda la furia que sentía se marchó, siendo reemplazada por la desoladora culpa de haber herido a la persona que más quería en el mundo. No había comportamiento de ella que justificara eso y aunque no lo había hecho intencionadamente no importaba, se sentía fatal.
- Yo... yo no quería... yo no sé qué ha pasado. Yo... - no era capaz de formular una frase coherente.
- Tranquilo, no pasa nada no es culpa tuya. Estoy bien, déjame ayudarte, podemos superar esto juntos solo respira, todo va a ir bien – Zoé se acercaba a él, pero mientras ella avanzaba, el retrocedía, aún tenía el fuego en los brazos y no quería hacerle daño, otra vez no.
- No te acerques, no quiero hacerte daño – Siguió retrocediendo hasta que el sofá le impidió que siguiera hacia atrás.
- No lo harás, tranquilo, cálmate, tú tienes el control de esto Andrew, tú eres el único que puede hacer que las llamas paren, eres el único, yo no puedo hacerlo por ti, solo tienes que respirar profundo y calmarte, te prometo que no me harás daño – Ella siguió avanzando hasta quedar frente a él, estaba temblando, como había llegado a este punto en el que su vida era una locura, su vida siempre había estado controlada, no había nada anormal ni fuera de su sitio. Hasta este momento.
Zoé se acercó un poco más, sólo estaban separados por dos pasos, si estiraba los brazos podría tocarla.
- Zoé... - Le advirtió Kalet levantadose de la mesa donde no se había levantado ninguno por la tensión, al ver que ella quería dar otro paso.
- Shh... Tranquilo, no me harás daño, confió en ti – y cuando pensó que no iba a avanzar más, dio un paso largo y estuvo entre sus brazos, él por instinto, la abrazo pero al darse cuenta se alejo de ella y se miró las manos, pero ya las llamas no estaban. Había acabado, pero para asegurarse se acercó a Zoé le dio la vuelta para mirar donde habían estado sus manos pero no había nada, ni marcas de quemaduras en la blusa, ni su mano tatuada a fuego en su espalda.
- Como se te ocurre, podría haberte herido – Susurro el mientras le acariciaba la espalda con las puntas de los dedos.
- Yo sabía que no lo harías. Andrew sé que no va a ser fácil que me perdones, incluso puede que nunca lo hagas pero a pesar de eso quiero ayudarte con esto, te debo al menos eso – Dijo ella agachando la cabeza, para esconder su rostro.
Enery miraba como su hermana y Andrew se iban a hablar a su dormitorio mientras los demás se quedaron en el comedor aun sentados en la mesa, y la cena servida.
- Vaya en tu casa uno no se aburre – Dijo Hayden intentando quitarle hierro al asunto.
- Por lo que se ve, no. Oye sé que esto es extraño pero si tienes alguna pregunta, intentaré responderte, aunque yo no hace mucho que lo sé pero lo intentaré, además hay unos libros que cuentan todo, quizás de ahí podamos sacar algo – Enery no sabía qué decir, ni qué hacer. Hayden tenía una mirada de confusión, a pesar de intentar disimularlo.
- No, no es fácil, pero a pesar de todo eres mi primo al fin y al cabo yo estaré aquí para lo que necesites, y no pienses que lo hago por obligación, lo hago porque quiero hacerlo, quiero estar aquí para ti, siempre. – Dijo Kalet firmemente, no había ni una pizca de dudas en sus palabras.
- Siempre supe que había algo importante que tenía que hacer, no me sorprende la situación después de lo que acabo de ver, pero tengo una pregunta – dijo Hayden, A Enery le sorprendió sobre todo la facilidad con la que estaba creyendo todo la locura que era su vida y lo bien que se lo estaba tomando, pero había algo que en el fondo le decía que no estaba todo bien.
- La que quieras – Respondió Kalet
- ¿Por qué me dejaron? ¿Por qué no se quedaron conmigo? ¿Por qué me abandonaron? – Preguntó Hayden, y en ese momento Enery lo entendió, simplemente era un chico que había sido abandonado y eso a pesar de que fuese o no un guardián no lo cambiaría nadie, porque aunque sus padres no hubieran tenido otra opción, ella creía que para él eso no cambiaba nada.
- Bueno, resulta que antes de que tu nacieras, los Samelitas que son nuestros enemigos decidieron que era mejor ir de una familia de guardianes a otra, y unos años antes, la familia de los guardianes de terra fuimos su objetivo, y fueron matando a miembros de la familia, cuando tus padres, mis tíos se enteraron de que ellos serían los siguientes, huyeron, al parecer mi tía estaba embarazada de ti, y cuando tu naciste te pusieron a salvo antes de que los Samelitas vinieran a por ellos, Así se aseguraban de que no te hacían daño a ti – Le explicó Kalet.
- Por eso dejaron una nota con mi apellido, para cuando yo creciera supiera quienes eran ellos, y lo que yo era, pero no contaron con que yo no quería saber de ellos – Hayden tenía la vista en sus manos, mientras jugueteaba con la punta de su servilleta.
- Se que decirte esto no va a arreglar nada, porque al fin y al cabo lo que a ti te importa es que te hayan abandonado no porque lo hayan hecho, pero quiero que sepas que si hubieran tenido elección no lo habrían hecho – Dijo Kalet intentando animarlo, pero todos sabían que eso no lo animaría. Enery esperaba equivocarse pero sabia por su propia experiencia que algunas heridas nunca sanaban.
Después de la charla siguieron comiendo, mientras entre Rose y ella intentaban romper un poco el silencio hablando de las clases. Cuando terminaron Rose y Kalet se fueron arriba, Enery y Kalet volvieron a salir en el porche, después de un rato mirando como el agua del lago se movía por la brisa.
- Es una preciosidad ¿verdad? – Dijo ella aún mirando más allá del lago, hacia el espeso bosque.
- Si que lo es – Le respondió Hayden pero él hacía rato que no estaba mirando el lago, la miraba a ella. Enery al mirarlo se dio cuenta de que se estaba refiriendo a ella y enrojeció mientras bajaba la mirada al suelo y sonreía tímidamente.
- ¿Y cuáles son tu dones? – Le pregunto él para no hacerla sentir incómoda.
- El aire, aunque mi hermana dice que aparte de controlar el elemento que protegemos también tenemos un don enlace.
A Hayden aun le costaba entender los términos que usaban pero le había aliviado que la sensación que siempre lo había perturbado no fuera porque se estuviera volviendo loco, sino el destino llamándolo para que estuviera donde le correspondía.
- Ven te lo enseñare, aunque aun no sepa cuál es mi don enlace sé hacer cosas bastante chulas – Dijo ella presumiendo – el don enlace de mi hermana es la curación acelerada, el de Kalet la telepatía. Tanto nosotros como Rose y Andrew tendremos que averiguar cuáles son los nuestros. Hasta entonces tú tienes el control sobre la tierra. Andrew como ya vistes tienen el control del fuego y Rose sobre la luz aunque aun no entiendo cuales es exactamente el alcance de ese elemento – le explico mientras se dirigían hacia la orilla del lago, una vez allí, estiró el brazo izquierdo y con el dedo índice comenzó a hacer círculos en el aire, unos segundo después se empezó a formar un diminuto torbellino de aire que con un soplido de Enery se dirigió hacia el lago mientras hacía que en el agua se formarán ondas más amplias.
- Tienes que enseñarme muchas cosas por lo que veo – Dijo Hayden entre risas mientras veía que con un movimiento de su mano Enery deshacía el torbellino.
Mientras ellos seguían en el lago entre risas Andrew y Zoé estaban en la habitación de ella, Andrew estaba sentado en el borde de la cama, con todos los libros que le había dicho Zoé que pertenecían a los antiguos guardianes, esparcidos por la cama, llevaba rato leyendo historias de los guardianes, los Elementales y los Samelitas, viendo dibujos hechos a mano, gracias a ello ahora entendía mejor la situación, pero aún le dolía el hecho de saber que Zoé le había mentido, le había pedido disculpas muchas veces desde hacía un buen rato, y a pesar de que le había dicho que lo entendía, no era lo mismo entenderlo que perdonarlo.
- Vale y ¿Cómo se supone que vamos a proteger a los Elementales de los Samelitas? – Preguntó Andrew intentando pensar entra cosa que no fuese las mentiras de Zoé.
- La verdad llevamos años únicamente evitando que nos maten, porque la sangre del último guardián es la llave para invocar a los Elementales a los cuales protege dicho guardián, ahora mismo excepto Kalet y Hayden los demás somos los últimos de nuestro elemento – le explico Zoé mientras se le notaba que no estaba muy bien de ánimos.
- ¿Estás diciendo que lleváis años simplemente huyendo? – Zoé asintió – ¿Tan poderosos son?
- Si, lo son, han logrado ir aniquilando a familias enteras de guardianes, llevamos años que por cada generación como máximo han quedado tres guardianes de cada elemento, para a los años solo quedar uno que es el que sigue con el linaje – Le respondió, pero para Andrew era incomprensible que con lo poderosos que eran no les hubieran plantado cara – Se que es difícil de entender pero yo los he visto y hace unos días lograron derribarnos a Enery, a Kalet y a mi dos de ellos, dejando a Enery y a Rose en coma – Por la cara que puso Andrew, Zoé se dio cuenta de que le había desvelado otra de sus mentiras. – Lo siento.
- Eso ya lo has dicho – Andrew no podía más, estaba saturado, había pasado de la rabia y el enfado, a la decepción y no sabía que era peor – creo que será mejor que me vaya.
- Por favor Andrew no te vayas, yo lo siento, tienes razón, debería habértelo contado, pero tenía miedo, muchísimo.
-Miedo de que, de que no te creyera – Dijo Andrew hastiado de la situación.
- Miedo de perderte – Respondió Zoé sonando un poco brusca de la frustración de ver que él no la iba a perdonar – Porque mi vida no es sencilla, ni segura, y tú no tenías la obligación de quedarte en ella y no quería perderte. Aunque veo que te voy a perder no por contártelo, sino por no hacerlo.
Andrew se quedó sin palabras, que se supone que le dices a la persona que más quieres por ocultarte algo muy delicado que en ese momento no le afectaba, y con la razón más razonable. Nada. Se acercó a ella, la abrazo fuertemente entre sus brazos, y en ese instante Zoé rompió a llorar entre sus brazos. Aunque le costara admitirlo él habría hecho lo mismo, bajo esas circunstancias.
- Tranquila, no puedo culparte por estar asustada, tenias mucha presión sobre tus hombros y la situación te ha sobrepasado pero ahora no estás sola en esto, yo estoy aquí y juntos podremos con esto y con lo que venga – La consoló Andrew mientras le acariciaba la espalda.
Zoé sorprendida por sus palabras se separó un poco de él para poder mirarlo, Andrew la sostuvo muy cerca de él mientras inclinaba la cabeza para besarla, recuperando el tiempo perdido, el beso se fue intensificando mientras por el cuerpo de Zoé pasaba un cosquilleo que le llegaba de la cabeza a los pies.
Andrew la pegó más a él, lo cual ya no era posible porque estaban abrazados, pero para él era poco, quería fundirse con ella, para que nada ni nadie los pudiera separar, para que acabara como acabará todo esto, ellos permanecieran juntos. Un ronroneo de Zoé le hizo temblar, la tumbó en el suelo de la habitación sobre la alfombra, la cama estaba llena de libros y eran demasiado viejos y valiosos para tirarlos al suelo sin cuidado.
Se tumbó sobre ella, y empezó a recorrerla con besos por todo el cuerpo, y en ese instante se dio cuenta de lo que nunca se había percatado, que antes de ese momento estaba incompleto, y ahora sabiéndolo todo sobre él y teniéndola a ella junto a él, no le importaba lo que viniera, o quien, Se sentía invencible.
- Ancestros - Capítulo 4
- Despierta princesa – Le susurró Kalet a Rose mientras le acariciaba el pelo.
Estaban en el hospital, habían pasado cuatro días desde el ataque, al ver ese día que ninguna de las dos se despertaba después de haber estado inconscientes varias horas habían decidido llevarlas al hospital, habían tenido que mentir obviamente sobre las causas de sus lesiones pero nadie había sospechado nada.
A ambas le habían inducido un coma para protegerlas de daños en el cerebro por el golpe que ambas al parecer habían recibido, aun se preguntaban cómo había recibido un golpe Enery, Rose se había caído por las escaleras y era normal, pero Enery solo se había desmayado, quizás había sido anterior a desmayarse, todo había sido muy caótico ese día.
Hacia ya unas 24 horas que le habían dejado de suministrar a ambas los sedantes que las mantenían en ese estado pero aún ninguna había despertado.
Enery tenía mejor aspecto que Rose, había recuperado un poco el tono de su piel, pero Rose cada vez estaba un poco más pálida, y eso hacía que a Kalet se le viniese el mundo encima. Por esa misma razón había estado tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos, ella no tendría por qué estar metida en todo este asunto, no tendría por qué estar inconsciente en un hospital. Todo era su culpa, y juro que si salía de esta, la alejaría lo máximo posible para que no se tuviera que ver envuelta en toda esta locura.
- Hey, hola pequeña – Dijo Zoé a su espalda. Kalet se volvió para encontrarse con una Enery desorientada, pero despierta.
- ¿Dónde estoy? ¿Qué... Qué ha pasado? – Dijo intentando incorporarse, cosa que su hermana se apresuró a impedir.
- Tranquila, estas en el hospital, te desmayaste y tenias un fuerte golpe en la cabeza, te han tenido sedada durante cuatro días – los ojos de Enery se abrían un poco mas con cada palabra de su hermana. Enery miró a su alrededor vio a Rose en la cama de al lado, su rostro se oscureció, sus ojos se humedecieron y su ánimo cayó en picado. Todos de alguna manera se encontraban igual.
- Se interpuso entre un ataque y yo, ese ataque lo debería haber recibido yo, no ella. – Dijo dejando que unas cuantas lágrimas resbalaran por sus mejillas.
Ninguno supo qué decir para hacerla sentir mejor así que lo único que pudo hacer Zoé fue abrazarla mientras Kalet le tendía la mano sin alejarse mucho de Rose.
De repente una de las máquinas que monitorizaban a Rose comenzó a pitar, Kalet se acercó a ella alterado y antes de que pudiera llamar a nadie entraron dos enfermeras y Andrew.
Revisaron las máquinas, le hicieron un chequeo rápido a Rose, se movían frenéticamente, pero la dichosa máquina no paraba de pitar.
- Desfibrilador ¡ya! - Gritó Andrew, a Kalet se le estaba bajando la sangre a los pies, no podía creer que estuviera pasando lo que más temía que pasara, había soñado con que algo así pasara demasiadas veces, mas de las que a él le gustaría, un dolor en el pecho lo hizo tambalearse un segundo. Miró hacia sus ahijadas, Enery se había sentado en el borde de la cama con las piernas colgando y tenía la cara escondida en el abrazo protector de su hermana, la cual estaba llorando silenciosamente.
Después de ver como por tres veces Rose recibía una sacudida, la expresión fúnebre de Andrew se intensificó, dejo las palas del desfibrilador en el carrito, Kalet sintió que el pecho se le hundía. La maquina dejo de pitar cuando una de las enfermeras la desconecto, y al mismo tiempo Kalet cayó de rodillas junto a la cama de Rose, mientras le sostenía la fría mano.
Andrew se acercó a Zoé y a Enery que se encontraban abrazadas, las abrazó fuertemente, mientras ambas temblaban por el llanto.
- Voy a dejar que os despidáis mientras acelero el papeleo, no quiero que tengáis que hacerlo vosotros, cuando acabe vendré, lo prometo – les dio un beso en la frente a cada una, mientras ellas seguían abrazadas, y salió a ocuparse de todo el asunto burocrático.
Zoé temblaba mientras se soltaba del agarre de su hermana para acercarse a Kalet, pero Enery se levantó, gracias a que ya no estaba conectada a nada más que a un pulsímetro en el dedo que logró quitarse con facilidad. Juntas se acercaron a Kalet, y se posicionaron una a cada lado de él, estaba de rodillas, no se movía, no lloraba, solo miraba como su dedo hacia círculos en el dorso de la mano de Rose. No podía creer lo que estaba pasando, era algo tan cruel, que alguien tan bueno como era Rose acabara así. Los tres siguieron al lado de Rose por sabe dios cuanto tiempo, tan quietos que parecía que ni estaban respirando, hasta que la puerta se abrió dejando paso a Andrew, Zoé no pudo resistir el impulso de ir hacia el y meterse entre sus brazos, después de consolarla un poco, Andrew la miro le acarició el rostro y le dijo.
- Es la hora – dijo con la voz un poco quebrada.
Todos excepto Kalet, que seguía arrodillado junto a la cama de Rose, se acercaron un poco más a la cama de Rose y mientras Enery colocaba la mano sobre la mano que Kalet ya le sujetaba a Rose, Zoé y Andrew hicieron lo mismo con la mano derecha, no querían despedirse de Rose, era demasiado duro, Zoé rezo porque eso solo fuera una pesadilla y en un segundo se despertara de golpe en su cama. Pero no paso, no se despertó. Esto era la cruda y cruel realidad.
Estuvieron sosteniendo las manos de Rose lo que les pareció una eternidad, hasta que las luces de la habitación empezaron a parpadear, el monitor que había estado pitando hacía rato se apagaba y se encendía, Andrew corrió a desenchufarlo de la toma de corriente pero extrañamente la pantalla seguía parpadeando. De repente Rose soltó una enorme exhalación al mismo tiempo que la zona superior de su cuerpo se erguía, abrió los ojos de repente pero sus ojos no eran los mismos, no se veían sus iris, ni sus retinas, todo era de blanco brillante, como si fueran dos faros. Los cuatro estaban atónitos, Kalet por fin se había puesto en pie, y miraba a los demás con incredulidad. Rose seguía erguida y con los ojos brillándole, hasta que su cuerpo tenso se relajo se dejó caer hacia atrás, parpadeo y al volver a abrir los ojos, apareciendo así su habitual mirada.
Andrew rápidamente empezó a tomarle las constantes, la revisó por completo mientras ella lo miraba desorientada pero no decía nada, ni se quejo en ningún momento.
- Esto es imposible, sus constantes son normales, sus pupilas reaccionan bien ¿Cómo es esto posible? – Dijo llevándose las manos a las caderas, con una expresión de desconcierto. Zoé no sabia como iba a explicar esto, ni siquiera en su mundo esto, era posible.
Después de que le hicieran miles de pruebas a Rose para verificar que estuviera bien, le dieron el alta con la idea de que todo el asunto había sido un milagro. Decidieron no ir a casa de Zoé y Enery, los Samelitas podían volver y acababan de salir del hospital, no les apetecía volver a él tan pronto.
El ambiente que se había creado era algo extraño, Rose no había dicho nada, no estaba asustada, tan poco se la veía enfadada por la situación en la que la habían metido, pero estaba como en otra parte, eso a Zoé la inquietaba un poco.
De camino a la cabaña del lago Enery recibió un mensaje de Hayden, preguntándole cómo estaba y pidiéndole si podían verse, aparte de porque tenían que hacer un trabajo de química que el solo no podría hacer quería asegurarse de que estaba bien.
"Paso por ti en una hora, nos vemos en la cafetería, iremos a mi casa de campo, en mi casa están reparando las tuberías y no nos permiten estar allí"
"Si no te sientes bien lo podemos dejar para otro día no quiero obligarte a pensar en química después de todo por lo que has pasado"
No lo sabes tú bien. Pensó Enery mientras le enviaba un mensaje tranquilizándole.
"No te preocupes me vendrá bien pensar en otras cosas"
Después de pedirle a su hermana que pasara por la cafetería para recogerle, decidieron primero dejar a Rose y a Kalet en la cabaña, para que Rose descansará y luego irían a buscar a Hayden.
-Siento no haber dado señales de vida estos últimos días pero he estado algo liada – Le dijo Enery a Hayden mientras lo saludaba.
-Tranquila lo entiendo. Y veo que te has recuperado bastante bien, no te queda ni un rasguño – Dijo Hayden mirándola fijamente poniéndola un poco nerviosa – Por cierto el nuevo look te sienta realmente bien, no quiero decir que antes estuvieras mal pero ahora...
Tanto ella como Zoé se rieron del nerviosismo de Hayden, verlo intentando no meter la pata por sus palabras era de lo más adorable.
- ¿Y tus padres saben que vas a venir con nosotras Hayden? – Dijo Zoé mirando por el retrovisor.
Enery se llevó la mano a la cara, su hermana intentando aliviar los nervios del chico hablándole de unos padres que no tenía, fabuloso.
- No tengo, soy huérfano, me dejaron en la puerta de un orfanato dejándome solo un apellido que hasta ahora no me ha servido para nada. Maxwell os podéis creer, quien se apellida Maxwell.
- Perdona ¿Has dicho Maxwell? – preguntó Zoé extrañada, no podía ser, porque ese chico tenía el apellido de los tíos de Kalet.
- Si, ¿Por qué? – Hayden se puso nervioso, no le gustaba hablar de su familia, y la importancia que le estaban dando a un apellido que no sentía como suyo, lo estaba empeorando.
- Por nada, creo que lo había oído antes pero no te preocupes – Le tranquilizó Zoé notando su nerviosismo.
El resto del viaje pasó en silencio mientras Zoé le daba vueltas al tema, acaso tenía ese chico algo que ver con la familia de Kalet, y si fuera así, el chico no debía de saber nada de todo esto, los tíos de Kalet eran dos de los cinco desaparecidos.
Cuando llegaron, Enery y Hayden fueron a la terraza a hacer el trabajo, mientras Zoé subía las escaleras a la segunda planta en busca del Libro de los Ancestros, era el tomo en el que se registraba todos los nombres de las personas que habían sido guardianes, en el figura tanto su nombre como su elemental, su don enlace y el estado en el que se encontraba, activo, desaparecido o muerto. Busco durante un rato y lo encontró, pero en él no ponía nada de que tuvieran descendientes, esa rama había acabado con los tíos de Kalet, podía ser posible que escondieron al niño sabiendo que los Samelitas los atacarían, pero si eso fuera posible porque no habían elegido dejarlo en manos de alguna otra de las familias de guardianes en vez de dejarlo en un orfanato.
Siguió buscando en el libro algo que le aclarara que había pasado pero lo que encontró no le aclaraba nada incluso empeoraba las cosas.
El apellido que estaba viendo escrito, le auguraba que las cosas iban a peor, no estaba resolviendo una duda sobre Hayden, estaba añadiendo otra a la lista. Y con todo lo que había estado pasando últimamente su lista de problemas ya estaba bastante llena para añadir más.
Mientras en el piso de arriba Zoé intentaba entender lo que estaba sucediendo, en la terraza Hayden y Enery se reían de la incomprensión de Hayden sobre las ecuaciones químicas.
- No te burles, no entiendo porque tienen que haber tanto número y tanta letra junta – Se rio Hayden mientras observaba la bonita sonrisa de Enery.
- Por que cada numero representa la cantidad de elemento que hay para hacer una reacción - al ver que Hayden la miraba como si le estuviera hablando en chino, se volvió a reír un poco - Y si nos tomamos un descanso para que tu mente intente procesar algo de lo que te he explicado y así aprovecho para enseñarte la casa – Le hacia falta esto, el divertirse inocentemente sin que nada le preocupara, incluso cuando había estado con David, siempre había un instante en el que tenia que preocuparse por si decía o hacia lo correcto para que el no se enfadara, o se burlara.
Enery le enseñó la casa rápidamente y luego fueron a la cocina a comer algo, y mientras ella sacaba cosas de los armarios para preparar algo él se sentó en la barra mientras la observaba, su sonrisa lo tenía totalmente obnubilado, no podía ser más increíble, y estaba empezando a darse cuenta de que no solo le gustaba estar con ella porque la consideraba su amiga sino también porque se estaba sintiendo atraído por ella. Mientras la miraba Enery intentaba coger algo de uno de los armarios más altos pero no alcanzaba, Hayden sigilosamente se acercó a ella, y la levanto un poco sosteniéndola de cintura para que pudiera llegar, Enery se sobresaltó un poco, pero se rio y cogió una caja de harina sin tener que estirar el brazo. Cuando la bajo Hayden no se apartó de ella, y ambos quedaron cara a cara, tanto que Enery notaba su respiración mientras intentaba controlar la suya que se había vuelto acelerada, Hayden estaba mirando fijamente su boca, mientras que se pasaba la lengua por el labio superior, su cuerpo reaccionó a esa imagen como nunca lo había hecho, se encendió como si estuviera en llamas, Hayden se inclinó un poco hacia ella, pero esto no estaba bien, no podía complicarse la vida de nuevo, tenia cosas que solucionar antes de poder pensar en tener algo con Hayden, no se trataba de que no sintiese algo por el, porque obviamente sentía atracción por el, pero no era el momento. Apoyo su frente con la de él y suspiro.
- Aun no estoy lista para otra relación Hayden, no quiero decir que no quiera o que no me gustes solo que, no estoy en mi mejor momento - Intento sonar tranquila porque la idea de estar rechazando a Hayden no le estaba gustando nada pero si quería vengarse, tendría que hacer algunos sacrificios.
- No soy como el, nunca te haría daño - le dijo
- Lo sé - dijo ella aun con su frente sobre la de él
En el piso de arriba, en una de las habitaciones, Kalet llevaba unas horas observando cómo Rose que estaba sentada en una butaca miraba por la ventana hacia el lago con la mirada perdida, no había dicho nada, no había querido comer nada, y el cada vez se preocupaba más, Esto no era propio de ella.
- Rose sé que esto es difícil, pero háblame dime algo, voy a volverme loco.
- Es cierto debemos hablar, tengo unas preguntas antes, se que te parecerán raras pero necesito una respuesta – Seguía mirando hacia el lago, no le había mirado mientras le hablaba con un tono cansado.
- Las que quieras – Dijo Kalet acercándose a ella y poniéndose de rodillas frente a ella, mientras le acariciaba una de las rodillas.
- Los elementales existen en otro plano, un plano que se llama el plano elemental, no tienen forma corpórea son solo seres de agua, de fuego, de aire o de luz. El plano elemental es como un mundo paralelo a este y que va en sintonía con el nuestro. Ahora viene mi pregunta ¿Cómo es posible que yo sepa todo esto si nunca me lo habíais contado? – Rose hablaba como si estuviera perdida, tan confundida y triste que a Kalet le partió el alma, ella tenía razón no era posible que supiera esas cosas nadie se las había contado no tenía respuesta para su pregunta y no poder darle algo de alivio le resultó tan doloroso que no pudo decir nada, solo agacho la cabeza apenado mientras la apoyaba en la rodilla de Rose.
- Kalet creo que cuando estuve en coma estuve allí y ellos me hablaron, me contaron cosas que... que no pueden ser posibles, yo conocí a mis padres, eran mis padres y todo lo que ellos dijeron no es posible, porque ellos eran personas normales – Rose cada vez se ponía más nerviosa y unas lágrimas habían empezado a rodar por sus mejillas.
- ¿Qué te dijeron Rose, cuéntamelo, seguro que tiene una explicación? – Hayden estaba confuso pero no podía dejar que ella sintiera que estaba loca.
- Me dijeron que yo era hija de un elemental de la luz.
sábado, 22 de febrero de 2020
- Ancestros - Capítulo 3
- Estate tranquila esto no va a dolerte nada – Tranquilizó Zoé a Enery mientras veía como temblaba.
- ¿Qué vas a hacer? – preguntó ella todavía nerviosa, imaginaba que la adrenalina de la paliza y la huida aún no habían abandonado su cuerpo del todo y aun la mantenía alerta.
- Tranquila solo voy a curarte, no tienes de que preocuparte – Zoé intentaba ser paciente y lo más dulce posible, aun no le había explicado nada de su don enlace, ni de nada respecto a ellas, primero quería curarla y que intentara descansar un rato, la necesitaba con la mente descansada y no aturdida como estaba ahora.
Por fin se relajó un poco y asintió para que la curara. Zoé posó sus manos sobre su rostro sin llegar a tocarla, un brillo emano de sus manos, eso quería decir que la curación estaba empezando, las mantuvo así hasta que dejaron de brillar. Cuando apartó las manos volvió a ver el rostro normal de su hermana pequeña, aunque aun estaba algo pálida y confusa, no había rastro de las heridas ni de los moretones que ya le habían comenzado a salir.
Enery la miro extrañada y se acercó al espejo que tenía una de las puertas de su armario. Se había visto la cara en el espejo del pasillo mientras estaba en los brazos de Hayden, y no había rastro de los golpes que antes tenía, aún se sentía algo entumecida, pero no había rastro ni de moretones, ni de golpes. Miro a Zoé, incitándola a que le explicara qué había pasado, cómo había sido capaz de curarla.
- Es mi don enlace, la curación – dijo con orgullo, aunque había habido una ocasión que su don no le había servido de nada, la noche que sus padres murieron, ambas habían salido del coche sin saber cómo, se habían desmayado en el choque y habían despertado fuera del coche, y ella al intentar usar su don para sanar las heridas de sus padres no lo había logrado.
- ¿Los guardianes no se supone que solo tienen control del elemento al que protegen? – Enery se sentía tonta, estaba dando por hecho cosas que no entendía y que hasta esa mañana ignoraba que fuesen reales.
- Los humanos a los que las divinidades otorgaron el control del elemento que protegían no eran humanos normales, tenían capacidades especiales, y gracias a ellos no solo heredamos el control de nuestro elemento protegido sino un don enlace, ligado a nuestra naturaleza, es algo complicado de entender lo sé, pero tendrás tiempo para leer los libros con tranquilidad y asumirlo todo. Siento no habértelo contado antes, pero mamá quiso que tuvieras una infancia tranquila, y yo después de su muerte no fui capaz de decírtelo. Quizás si te lo hubiera dicho antes no hubieras pasado por lo que te ha hecho David. – La culpabilidad la golpeo tan fuerte que la dejó algo aturdida.
- Tú no tienes la culpa, mamá tampoco lo único que queríais era darme una infancia normal, y que se suponía que ibas a hacer tu, contarme toda la historia, si no fuera porque yo misma lo he vivido creería que es mentira, te daría por loca, pero Zoé ahora que lo sé, necesito saber protegerme, ya no me vale con que lo hagas tú, ahora quiero ser yo la que cuide de mi y si tengo que hacerlo cuidare de ti, tan bien como lo has hecho tu conmigo – Ambas se abrazaron mientras sollozaban, por la pérdida, por la vida, por todo por lo que no lo habían hecho antes.
Después de estar un rato juntas, mientras leían un poco del libro, Zoé la dejo descansar, bajo y después de tranquilizar a Hayden y de darle las gracias por lo que había hecho por ellas, se despidió de él prometiéndole que si había cualquier cambio le avisaría.
Enery después de toda la noche intentando dormir sin éxito, se acercó y se miró en el espejo del tocador y se encontró con el reflejo de una chica que ya no reconocía, ya no era la niña inocente y sencilla que era. Ahora le tocaba madurar y aprender a defenderse para que la próxima vez que se encontrará con David, poder hacerle pagar por todo lo que le había hecho a ella y a su familia.
Pasó una mano por su pelo, lo llevaba largo, pero ya no le gustaba la idea de llevarlo así, es más empezó a estorbarle, cogió unas tijeras de uno de los recipientes que tenía en el tocador cerca del espejo, se lo cepillo y fue cortando mechón por mechón, un poco más arriba de su hombro, sabía hacerlo, su madre había sido Estilista, y la había enseñado bien antes de morir. Cuando acabó se volvió a mirar al espejo para comprobar de nuevo detenidamente su aspecto, su pelo ahora estaba como ella quería, pero su ropa... salió de su habitación y se dirigió al ático donde su hermana guardaba algunas de las prendas de sus diseños, sabía exactamente lo que estaba buscando, la había ayudado con esos diseños, habían sido una colaboración con una marca conocida de ropa, no era alta costura como ella solía trabajar pero eran de muy buena calidad y ahora mismo era el estilo que necesitaba. No quería seguir pareciendo una niña, ya era hora de dejar atrás a su antigua yo. En el fondo sabía que no solo estaba haciendo esto por ella sino también para no pensar en todo lo que había pasado y descubierto.
Eligió todo lo que iba a sustituir su actual armario, y por lo que vio le daría para volver a llenarlo con más cosas incluso de las que ahora mismo tenía.
Fue bajando toda la ropa a su cuarto y colocándola, cuando termino metió su antigua ropa incluso la ropa que llevaba y la que había llevado el día anterior, se deshizo de ella en un contenedor especializado en ropa.
Cuando volvió su hermana y Kalet estaban hablando en la cocina, bastante concentrados en la conversación, lo suficiente para ni siquiera darse cuenta de las idas y venidas de Enery tirando sus cosas, cosas que ya no sentía como suyas.
Se acercó a ellos, se apoyó en la barra mirándolos a ambos intentando coger el hilo de la conversación.
Para su sorpresa estaban hablando de entrenamientos. Su entrenamiento.
- ¿Tengo voz y voto en el asunto? – Dijo notando que no iban a notar su presencia por mucho que estuviera junto a ellos.
Ambos la miraron de arriba abajo, examinándola. Pensó que estarían observándola hasta el día siguiente pero su hermana rompió el silencio.
- ¿Esa es mi ropa? ¿Y qué ha pasado con tu pelo?
- Técnicamente solo la diseñaste, y aparte de que no es tu estilo, aún tenía la etiqueta, y respecto al pelo... un pelo largo a veces estorba.
- Pensé que tampoco era tu estilo – Eran cosas suyas o su hermana estaba eludiendo el tema del entrenamiento, hablando sobre su pelo, y su ropa.
- Podemos volver al tema de mi entrenamiento y dejar a un lado como me vista o me peine, creo que en este momento es más importante.
Kalet asintió dándole la razón.
- Ya sé que tienes que entrenar pero no sé si estas preparada mentalmente para ello, y quería hablarlo contigo primero, han pasado muchas cosas y el entrenamiento es duro. Quizás te vendría bien primero descansar unos días y despejarte – Dijo Zoé preocupada, pero Enery necesitaba entrenar ya, no necesitaba más descanso.
- No crees que ya me he despejado bastante, he tenido toda mi infancia y mitad de mi juventud para ello, cosa que tu no tuviste, ahora me toca pelear, a tu lado - Zoé miró sorprendida a su hermana, como era posible que el día anterior le pareciera una niña y ahora se estuviera convirtiendo en toda una mujer.
- De acuerdo – se rindió Zoé, y tanto Kalet como su hermana sonrieron. Ambos pensaban que les iba a costar más convencerla.
- ¿Qué tal si empezamos ya? – Se apresuró a decir Enery antes de que por alguna extraña razón su hermana cambiara de opinión.
- De acuerdo, además hay un sitio que te va a encantar y llevo mucho tiempo queriéndote enseñar – Zoé llevaba años queriendo enseñarle la cabaña de sus padres a Enery, pero qué le diría cuando llegara allí y viera todo el instrumental que allí había. Puede que decirle que era un gimnasio privado que sus padres tenían pudiera haber funcionada pero su hermana nunca había sido tonta.
Los tres se subieron al coche, le mandaron la ubicación a Rose y se dirigieron allí, No querían hacer esto sin Rose, tanto para Zoé como para Enery, Rose era una persona demasiado importante para ellas, era la tercera hermana, quizás no de sangre pero dudaban que les hiciera falta compartir la misma sangre para sentirla como tal, el vinculo que las tres tenían quizás fuera más fuerte que el de la sangre. Solían decir que eran una misma alma repartida en tres cuerpos.
Al llegar, Zoé le enseñó todo a Enery mientras Kalet esperaba a Rose en la entrada, no era tan grande como su casa pero tenía un amplio terreno y un lago para no solo entrenar, recordaba haber ido allí de niña y jugar en el lago mientras sus padres preparaban picnics.
Kalet vio llegar a Rose en su Aston Martin V12, a Rose le encantaban los coches y ese había sido el coche que siempre había querido, el día que se lo compró él la había acompañado, y verle la cara de felicidad cuando se subió al asiento del piloto y escucho el ronroneo del motor, sería algo único, uno de sus mejores recuerdos.
Aparco cerca del coche de Zoé y bajó sonriente, con esa sonrisa que podía iluminar un estadio.
- ¿Qué tal está? – Le dijo dándole un abrazo, algo que hizo que su perfume, y olor de su pelo le invadiera las fosas nasales, vainilla y flor de macadamia, olía a paraíso. Se avergonzó ante sus pensamientos y se apresuro en contestar.
- Bien, Zoé la ha curado, y ahora está como lo diría... diferente. Será mejor que entremos y lo veas por ti misma, no creo que sepa explicártelo – Ambos entraron a la cabaña, y siguieron hasta el salón-comedor que había en la primera planta.
- Esto parece más una casa de campo que una cabaña, me imaginaba algo más pequeño – Estaba diciendo Enery cuando Rose y Kalet entraron y se sentaron en la mesa con ellas.
- Lo fue, pero también necesitaban un sitio tranquilo, alejado de la gente, donde poder practicar, quizás con esta casa podían separar una vida de la otra, y así intentar no centrarse solo en lo que debían hacer, sino también en vivir. Y te puedo asegurar Enery que lo hicieron, ambas somos la personificación de que lograron llevar ambas vidas, y ser felices. No sé como acabara esto de verdad pero sé que quiero que todos tengamos una vida normal aparte de esta locura, quiero decir que quiero que te gradúes, que vayas a fiestas, que conozcas a gente.
- Crees que es el momento de pensar en incitar a tu hermana pequeña a ir a fiestas – Se rio Enery, jamás imagino a la estricta de Zoé diciéndole que quería que fuera a fiestas.
- Ya no eres tan pequeña y no me perdonaría que no hayas vivido lo suficiente – en su voz no solo había bromas, en el fondo había un atisbo de lo que ninguno era capaz de mencionar, que quizás esta vez ninguno sobreviviera.
- Lo viviré, porque esta vez, vamos a acabar con ellos y luego todos tendremos tiempo de vivir, lo que sea que queramos vivir, de una manera normal.
Zoé estaba sorprendida por el optimismo de su hermana, no solo por la normalidad con la que se lo estaba tomando todo, sino la seguridad con la que pensaba en una vida después de la lucha.
- Necesito que sepas algo, no te lo he querido contar antes porque pensé que con todo esto estarías más aturdida, pero eres fuerte, más de lo que jamás imagine que fueras.
- Zoé – la advirtió Kalet
- Tengo que decírselo, ya le he ocultado muchas cosas durante demasiados años, se acabaron las mentiras. Nuestros padres murieron en un accidente de coche como ya sabes, pero lo que no sabes es que ese accidente fue provocado, por los Samelitas. – Enery quedó algo sorprendida pero visto lo visto de alguna manera se lo esperaba.
- Lo supuse – Dijo tranquilamente. Estaba temiendo que su umbral para la sorpresa se estuviese haciendo cada vez más amplio, a partir de todo esto nada la sorprendería fácilmente.
Estuvieron algún tiempo más hablando sobre cosas más normales, como que la casa tenía tres habitaciones, dos baños, un salón comedor y una cocina, un gimnasio con todo el equipamiento para aprender a pelear, sin contar con el fabuloso lago y el resto del terreno del que disponían.
-Primero vamos a empezar a enseñarte a pelear, con esa base, luego aprenderás a que con cada ataque uses tus poderes para aumentar la fuerza de tus golpes, y por último aprenderás a realizar ataque más complejos únicamente usando tu control del aire, y si tienes la suerte de tener un don enlace ofensivo también lo entrenaremos. Todo bien ¿Alguna pregunta? - Dijo Kalet entusiasmado.
- ¿Cuando empezamos?
Ya estaban en el gimnasio, Zoé había empezado a practicar con un saco de boxeo, mientras Rose luchaba con un muñeco de entrenamiento que Enery había visto en alguna película de artes marciales. Mientras Kalet le enseñaba en que postura colocarse y cuáles eran los movimientos básicos, Kalet al ser entrenador personal estaba en su salsa.
Habían pasado todo el fin de semana en la casa de campo, Enery prácticamente se había mudado al gimnasio, gracias a unas clases de defensa personal que habían impartido en el instituto hacía unos años, sabía algunos movimientos, aun así tenía el cuerpo dolorido de todas las peleas que había perdido con Kalet, incluso había perdido dos con Rose. Zoé no había querido luchar con ella, porque no quería hacerle daño. Eran las seis de la mañana del domingo y ya se escuchaban los golpes contra un saco en el gimnasio, Kalet bajo los diez escalones que bajaban hasta el gimnasio, y allí estaba Enery, oculta detrás de un saco de boxeo que colgaba del techo que era más grande que ella pero aun así, golpeaba el saco con si fuera el doble de grande de lo que era.
Kalet se pusó justo detrás de ella, la inmovilizó desde atrás, ella se sobresalto un segundo, pero enseguida se recompuso y hizo dos intentos de zafarse de la llave que le había hecho, cosa que no logro, Kalet apretó un poco más el agarre que tenía en las manos de Enery, y esta contuvo el aliento, Enery cerró los ojos mientras Kalet la apretaba un poco más tomó una respiración lo más profunda que la llave que le hacían le permitía y cuando se dispuso a soltar el aire hizo fuerza con sus brazos hacia fuera a la vez que un torrente de algo extraordinario la recorría completamente, y al movimiento le acompañó un impulso de aire que lanzó a Kalet contra una de las paredes. Enery se dio enseguida la vuelta pensando que había causado menos daño del que creía pero cuando vio a Kalet sentado en el suelo contra la pared mientras se masajeaba la zona posterior de la cabeza supo que los esfuerzos que había estado haciendo por fin tenían su recompensa.
Volvieron a casa cuando ya había oscurecido, iban a cenar todos en casa y luego Rose y Kalet tenían que marcharse pero al llegar se encontraron la puerta echada abajo.
Enery salió corriendo hacia la casa haciendo caso omiso a los gritos de su hermana, sabía bien quién podría estar en la casa y no iba a desaprovechar la oportunidad de enseñarle a David lo que había estado aprendiendo horas atrás. Sabía bien donde debía buscar, seguro que había ido a buscar los libros.
Se paró en seco en la puerta del dormitorio de su hermana, pero al entrar en la habitación no encontró a David, Delante del baúl de su hermana había una chica de pelo negro de espaldas, al notar su presencia se dio la vuelta y Enery pudo ver sus ojos, los cuales eran como los de un reptil, era algo extraño pero cuando parpadeo sus ojos se volvieron como los de cualquiera. La chica sonrió enseñándole una lengua bífida, tenía una mirada perturbadora, en el transcurso de lo que a Enery le pareció una hora sintió como iba siendo escudada por su hermana y Kalet, Rose se posiciono a su lado y la sostuvo del brazo, el contacto de la mano caliente de Rose la hizo volver en sí.
- No vas a encontrar lo que estás buscando, y yo que tú me largaría ahora mismo – dijo Kalet enfurecido aunque Enery intuía que no la iba a dejar salir de allí viva.
- ¿Estás seguro de eso? – dijo ella pasándose su repugnante lengua por el labio superior, con un gesto como si tuviera ganas de morderlo. Antes de volver a decir nada, la chica pasó una de sus manos con sus largas uñas negras sobre el borde de la cerradura del baúl, al hacer eso sus ojos de reptil volvieron a aparecer, se vio como si algo le estuviera haciendo, la madera empezó a deteriorarse, pero no duro mucho con el proceso porque algo la impulsó con la fuerza de una patada hacia el tocador, destrozándolo todo.
- Te crees que lo iba a dejar desprotegido, tiene un escudo de protección contra todo ataque solo se puede abrir con la llave, y algo de lo que vosotros carecéis – dijo Zoé mientras mostraba una sonrisa de autosuficiencia, que la hacía ver más poderosa de lo que ya era.
De repente se escucho un grito tan estridente que todos se llevaron las manos a los oídos, Enery miro hacia atrás mientras caía de rodillas al suelo por el dolor. Otra chica había aparecido no lograba verla con claridad, el suelo empezó a vibrar, mejor dicho la casa parecía sacudirse, el grito dejó de escucharse, Enery rápidamente volvió a su posición de ataque, y buscó a su hermana que tenía los brazos extendidos en cruz mientras la casa seguía temblando, estaba claro que algo estaba haciendo Zoé, y cuando la paredes empezaron a resquebrajarse y empezaba a salir agua y dirigiéndose hacia Zoé, todo se confirmó, cuando la casa dejó de temblar alrededor de los cuatro había una barrera de agua, Zoé estaba cara a cara con la chica reptil, y su expresión de odio dejó claro que iría por ella así que los demás deberían concentrarse en la otra. Kalet fue hacia ella con el propósito de tumbarla con un puñetazo, pero antes de que llegara a ella, ella abrió la boca y a continuación se volvió a escuchar el grito pero esta vez era más potente, el grito creó una onda sonora que lanzó a Kalet escaleras abajo. Sonriendo la chica miro a Enery con un odio que no entendía.
- Que tonta fuiste al pensar que un chico como David podría estar contigo por algo más que no fuera interés – El nombramiento de David la hizo temblar dejándola algo mareada durante unos segundos cosa que la chica aprovechó para atacarla, pero antes de que el grito llegará a ella de la misma forma que había llegado a Kalet, Rose se metió en medio recibiendo el golpe sónico, acabando al lado de Kalet en el piso inferior, con sangre en los oídos y un golpe en la cabeza.
Enery parpadeo una sola vez antes de que la furia se desatará en ella, se volvió hacia la chica, mientras alrededor de ella se formaban una columna de aire que luego Enery dirigió hacia ella, haciéndola salir por la ventana que se encontraba a su espalda. Sin dejar pasar ni un segundo Enery se giró hacia donde su hermana estaba luchando con la chica reptil, su cuerpo iba en estado automático levantó las manos a la altura de la cintura y comenzó a girarlas mientras alrededor de la chica reptil se iba formando un tubo de aire con ella dentro, la estúpida intentó luchar, pero sin lograr nada, hasta que con un movimiento de mano Enery la sacó de la casa por el precioso ventanal de la habitación de su hermana, ventanal que Enery vio como quedaba destrozado antes de desmayarse.
Le costó un poco levantarse pero lo hizo mientras se apoyaba en uno de los pilares que sostenían el dosel de su cama, hecho un rápido vistazo a su dormitorio, estaba hecho un caos, del ventanal por donde había salido dispara una de las samelitas no quedaba ni el marco de la ventana, su tocador estaba partido en dos y todas sus cosas regadas por el suelo, se dio media vuelta y se encontró con un panorama peor aún, su hermana estaba en el suelo desmayada, seguramente por el esfuerzo, las paredes estaban todas resquebrajadas por la fuerza del agua al salir de las tuberías, se acercó a Enery, respiraba con un poco de dificultad como si hubiese estado corriendo pero respiraba, le acarició el pelo y fue en busca de Kalet y Rose, los cuales no estaban junto a su hermana, se giró hacia la escalera, la barandilla estaba destrozada, y al final de la escalera estaba Rose y Kalet. Rose estaba tendida sobre su espalda había un pequeño charco de sangre al lado de su cabeza, corrió escaleras abajo lo más rápido que pudo, le tomó el pulso, al ver que tenía puso a sus manos a trabajar rápidamente, la curación se realizó como siempre, la herida de la cabeza de Rose se había regenerado por completo y la única prueba de el daño causado era el charco de sangre, pero aun así Rose no despertó, tenía pulso y respiraba, pero no despertaba.
Kalet empezó a removerse en el suelo boca abajo, al mirar hacia ellas, su cara de horror se intensificó, se puso pálido y gateo hasta Rose, le acarició el pelo, y miró a Zoé sin poder decir nada, buscando respuestas.
- Respira y tiene pulso, le he curado las heridas pero aun no se ha despertado démosle un poco de tiempo – Intentó hablar con tranquilidad a pesar de que estaba bastante alterada, pero no quería preocupar a Kalet. – Ven deja que te cure ese corte – Dijo ella acercando una de sus manos a un corte que tenía desde la frente hasta la cien diagonal, gracias a dios que no había caído sobre el ojo, las retinas eran algo complicadas de sanar. Kalet negó y se apartó de ella, se puso en pie y cogió a Rose en vilo y la llevó hasta el amplio sofá.
- Voy a subir a ver a Enery, está arriba desmayada – Al subir las escaleras vio que su hermana seguía tumbada en el suelo, su respiración se había ralentizado tanto que parecía no respirar. – Kalet te necesito aquí arriba – gritó ella para que la escuchara desde el piso de abajo, enseguida subió los escalones de dos en dos y sin decir nada cogió a Enery al igual que había hecho con Rose y la colocó en el sofá contiguo a donde se encontraba Rose.
- Despertaran – dijo Zoé no solo para calmar a Kalet sino también a ella misma.
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Enery Helie |